Alfonso Kijadaurías y Danilo Vásquez, poemas y caminos de El Salvador


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Alfonso Kijadaurías

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Kijadurías ha preferido la decantación a la prolijidad. La experimentación más que la comodidad. Pero sobre todo, la voz auténtica por encima de la verborrea.

Se trata de un poeta de culto, leído y admirado en pequeños círculos, lọ cual de alguna manera vuelve su influencia no sólo más sutil sino también, si cabe la expresión, más esencial.

La obra poética de Kijadurías consta básicamente de dos libros: «Estados

sobrenaturales» (1971) y «Es cara musa» (1998), que han bastado para cimentar su, prestigio y una creciente influencia sobre los escritores más jóvenes.

“Toda razón dispersa” es el título de la antología preparada por el mismo autor, y reúne sus primeros poemarios publicados en los años setenta, hasta sus trabajos escritos a lo largo de su exilio de diez años en Canadá.

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LUIS ALVARENGA

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REFUGIADOS

A cinco añios apenas de añorar la tierra

       y nuestro pelo ha encanecido.

Blanco se volvió lo Negro. Se nos conoce por supuestos nombres.

Otras calles se hicieron nuestras calles.

Nos hemos llenado de congojas y tristezas,

      más nuestro corazón sigue lo mismo.

Tanto aprendimos estos años, de noche sin reposo

       en que buscaron nuestros ojos una luz:

la del país amado.

Entre risas y lágrimas, borrachos,

        siempre hablamos lo mismo:

la gran desgarradura a boca de botella.

De nuestro mundo hablamos, de muertos y batallas,

        de comidas y olores,

de amor y desamor. De todo lo que cabe en la palabra patria.

Este año volveremos, decimos, sí la guera termina

O nuestros planes económicos prosperan.

Desde hace mucho tiempo repetimos lo mismo.

       Nuestro pelo encanece más y más.

RECUENTO

En estos años de ausencia y lejanía,

       han brotado de la pluma

árboles y pájaros, que a lo mejor ya no existan

          en mi tierra natal.

Así, en silencio, he conspirado,

            llevado a cabo mi venganza

contra la prepotencia.

He estado, estoy con aquellos que hicieron causa de su desesperación,

de su esperanza tonta un sueño sin final.

A mí, que he visto, desde que abrí los ojos

      incendios y matanzas,

prejuicios y perjuicios, infamias y traiciones,

me ha sido dado cultivar la palabra

        que habrá de restituir

la sonrisa en la boca de los tontos.

HAY UN NARANJO ENFRENTE

Hay un naranjo enfrente,

     tras de ese viejo tapial abandonado,

pero no es el mismo naranjo que sembramos,

          y es un bello naranjo

tan bello que nos hace recordar, nuestra tierra,

antes de venir a esta casa

           tan distante y lejana de aquella,

donde sembramos un naranjo

       y hasta lo vimos como éste florecer.

TIEMPO NUBLAD0

Tiempo nublado.

Graznan los cuervos en la azotea.

Overcast.

Las damas chinas juegan damas chinas

          en su palacio chino.

Pintura dinastía Ming.

Los indios ciegos de borrachos

sombras son en las sombras de Northern Way.

Han florecido ciruelos y manzanos,

gracias a la magia de la primavera.

¿Quién canta al otro lado esa extraña canción

         en lengua extraña?

¿urdú o tamil?

Ya no hay guerras en el mundo,

          salvo en mi país.

Tiempo nublado aquí.

            Overcast.

Lejos se escucha el canto del pájaro escarlata.

No son más que palabras las que escribo.

            Palabras infames.

           iQué más da?

“¿Quién canta al otro lado esa extraña canción/en lengua extraña?” (El poeta salvadoreño-canadiense Alfonso Kijadaurías)

DANILO VÁSQUEZ

Nació en San Miguel, el 11 de mayo de 1960. Maestro y poeta. Ha publicado “El Diablo” en Santa Rosa de Lima, 1987. “Cuando la luna llena”, poesía, 1992. “La ventana queda abierta”, poemario, 2004. “Técnicas para enseñar y aprender en la escuela salvadoreña, sobre educación”, 2000 y más recientemente “Traigo en mis manos”, poesía, 2015. También ha producido dos ediciones de la “Revista Cultural Xilonem”, seis ediciones del “Periódico Cultural 4 Semanas”, dos CDS grabados con su voz: uno de poesía, “Cuando la luna llena” y otro de cuentos, “El vendedor de ojos”.

Humilde

Y lo convertí

             En la flor del encanto

             Y lo perfumé de rojo

Para tu corazón

              Tu alma

                      Y tu ser…

39.

Estoy solo

Pegando ladrillos ideológicos

Reconstruyendo el edificio de mi vida

Pintando futuros

Rostros en lejanías

Pájaros madrugadores

Estoy solo

Imaginando la soledad de una explosión

La sangre convertida en ríos turbulentos

El mundo deshidratado de amor

Y de paz

Estoy solo

Esperando un tsunami en mis pulmones

Un terremoto en mi desierto corazón

Una bala llena de jazmines y olorosas gemelas.

Estoy solo

Bebiéndome el universo

En una taza de café

Y fumándome la vida

En la inmensidad de la urbe…

40.

Déjame ir bajo la mano de tu poesía

Que los dedos caminen sigilosos

En las dunas voluptuosas

Y misteriosas de tu cuerpo

Déjame beber el agua de tus poros

Y provocar el erizo de tu angustia

Quiero ser el arqueólogo de tu risa

El antropólogo de tus besos

El psicólogo de tus suspiros

Déjame ir al hontanar de tu vientre

Ahí

Donde navega la historia

Y se gestan la guerra y la paz

42.

Sonreí

Al ver tus ojos diáfanos

Caminé futuros y respiré sus colores

Tu sonrisa brillaba

Y alumbraba los senderos por venir

Y sonreí

Y de nuevo vi tus manos

Jugar con mi pasado y futuro

Y otra vez

Mis pies brillaron

Y bailaron una suave melodía

Al son de una fragancia eterna

Y luego mi cuerpo y tu cuerpo

Danzaron canciones infinitas

En el salón mısterioso

De la conciencia tuya y mía

Los ancestros

Purépechas

Y Lencas encendieron las estrellas

Regocijados al vernos celebrar

El GUANCASCO

Purépecha vos

Lenca yo

Juramos cruzar juntos el rîo de leche y miel

Y las razas de América se unieron

Prometiendo para siempre

Reflejar en su rostro y en su sangre

Una bella y linda y sempiterna sonrisa

43.

Una luz brilla

Agachadita en el vientre primigenio

Sus tiernas raíces provienen

De fuertes árboles ancestrales

De habitantes naturales de las cuevas

Comedores de patewas y kumarewas

Cultura de la raíz

Adoradores del gran Aků

Y de los padres

Ilanguipuka

Itanipuka

Icelaka

Una vez

Bajó del cielo la gran abuela de la creación

Enviada por Aků

Para crear al divino y tierno

Antawinikil

Ishmanahual

La abuela de la creación

Hizo su maravilla

De polvo de estrellas

                 Cacao

                             Raíces

                                        Hojas

Y se fue a las acogedoras cuevas a crear la luz

En una olla

Revuelve que revuelve

Moviendo y moviendo y removiendo la eternidad

Hoy

Y ayer y mañana

El atavismo genealógico

Siembra cosechas en el viento

Las estrellas fulguran

Y dan su luz

Al ser agachadito en el vientre primigenio…

“Moviendo y moviendo y removiendo la eternidad”, el poeta salvadoreño lenca Danilo Vasquez