5 poemas de Hideo Oguma



Aquí les presentamos 5 poemas de Hideo Oguma, parte de una traducción más amplia, en proceso y que daremos a conocer próximamente.

“OH, PRECIOSA DESESPERACIÓN”

(Omae kawaii zetsubo yo)

¡Desesperación!

Cuando me asaltas

Eres realmente hermosa, como un atardecer,

Roja como el color en una pintura de Maliavine.

Eres bella porque acompañas la agitación,

Hermosa porque eres intensa,

Deliciosa porque me recuerdas a la muerte.

El mundo es lo suficientemente grande:

Puedo retorcerme en desesperación

Sin interponerme en tu camino.

¡Desesperación! En tus muchas formas,

Visítame a diario, si lo deseas.

Te daré la bienvenida.

Con cada visita

Pienso en la muerte y en la vida,

Y aunque cante sobre esto

Hasta que mi corazón se rompa, no tendré remordimientos.

Cuando llegas, me enojo.

Y claramente percibo al enemigo:

El enemigo dentro de mí mismo,

La parte de mí mismo dentro del enemigo.

Y de esta confusa mezcla de enemigos y amigos,

Puedo arrancar al enemigo,

Como si arrancara un pedazo de seda.

Soy un hombre que disfruta de la desesperación.

Dragón, tú y yo lucharemos.

¿Quién es,

Tan poco sabio como para interponerse entre mí y el dragón…?

Como el Lear de Shakespeare

Repruebo a cualquiera

Que trate de aplacar mi instinto combativo:

¡No te interpongas entre el dragón y su ira!

Desesperación, te interpones entre mí y el enemigo,

¡Y oh, cómo me estimulas!

Mi ira, como la sal,

Disolvería las babosas.

¡Como Lear, me enfurecería!

¡Como Goya, trabajaré!

¡Con el cabello de punta, espumando por la boca!

¡Desesperación!

Te amo, y cuando te aplasto contra mi pecho,

Como una pelota, mi corazón rebota.

Así es como la desgracia me emociona.

Inhalo cuando debería exhalar,

Y exhalo cuando debería inhalar.

¡Corazón arrítmico!

¡Cantor de canciones en un mundo de agitación!

¿Mejorarán alguna vez las condiciones?

¿Alguna vez podré cantar canciones de alegría?

“BRILLO DE CASA”

(Inaka no kotaku)

¡Pueblo! ¡Mi pueblo! ¡Pueblo radiante!

Cuando estoy en la ciudad y pienso en ti,

apareces ante mí con vestiduras resplandecientes.

No hay nada brillante en ti,

pero los árboles y el áspero camino de la montaña,

los techos de paja y las cabezas de los niños del pueblo

son como tantas criaturas luminosas,

haciendo que tu piel sea radiante.

Aunque ahora vivo en la ciudad,

no he olvidado tu verdadero rostro.

Te recuerdo con furia.

Eres para siempre

objeto radiante de mi amor inmortal.

“SONIDO DEL MAR”

 (Shiosai)

La carga de Japón

es de dos olas:

el Océano Pacífico y el Mar de Japón,

y ambas fluyen y refluyen, violentamente.

Las olas respiran pesadamente

y acercan su rostro blanco

a estas estrechas islas.

Sin embargo, ¡cuánto se parece al amor de una madre

al mar!

Cuando llega la noche,

mojo mis pies mientras recojo conchas.

Peces secos,

ocasionalmente restos de algún barco europeo,

y arena de colores,

mientras en la superficie de las olas puede estar flotando

un pedazo de periódico.

A veces me parece que

Japón podría ser magnético.

Amigos europeos,

un ave migratoria de su tierra

descendió en Japón, su único oasis,

y me dejó una única pluma hermosa como recuerdo.

Y luego, la arena de Japón aferrada a sus pies,

volvió a despegar.

Después de algunos días, aterrizará de nuevo en su jardín.

La belleza de las bahías

habla del violento coito de las olas;

los pinos son resistentes porque el viento es fuerte.

Amigo, amigo europeo:

detén este elogio injusto de Japón.

Comprende que la verdad de los ritmos de Japón

es algo solemne y triste,

como el sonido del mar.

“LA LÍNEA DE BATALLA”

 (Sanpeisen)

Beso la flor de un clavel.

Miro fijamente el flujo del río.

Especulo toda la noche.

Salgo a ver a una mujer.

Leo libros, escribo poemas.

Me abofetea un policía

y me tira al suelo.

¿Por qué me he sumergido en el torbellino de los eventos así?

Todo… todo

está como ellos lo quieren.

Ah, pero aún así, mi vida,

en un solo momento

mis propias células se renuevan

con alegría y dolor.

La historia exigió una limpieza profunda de la casa.

Obedecí sumisamente.

Ahora, nuevas aguas del pensamiento surgen,

y ahora

incluso mi digestión ha mejorado,

y mi corazón soportará las demandas más irracionales.

Búsqueda de placer y paseos sin rumbo,

no hay nada innecesario

en ningún aspecto de mi vida,

consecuente o no.

Me como todo lo que hay en mi plato

y soy infinitamente voraz.

A lo largo de mi cuerpo trabajador,

donde todo se convierte en sangre y carne,

nuevas células se reorganizan

a lo largo de la línea de batalla.

“CANTANDO A CABALLO”

(Bajo no uta)

Soy un maestro ladrón,

¡Intenten atraparme!

Mi voluntad silenciosa resiste,

¡Intenten capturarla!

¡Mi voluntad está ahí!

No, no ahí, ¡aquí!

No, no aquí, ¡allá!

Oh, fiscal, diputado,

¡Espero que estén confundidos!

Tomen su arpón de múltiples cabezas

Y hundan sus ganchos espinosos

En mi carne.

Escaparé

Aunque tenga que desgarrar mi carne para hacerlo.

Cabalgo sobre un potro,

Un caballo amoroso apenas lo suficientemente mayor para tener una crin.

Es mi único vehículo.

Cabalgo en él,

Y aunque soy un maestro ladrón,

Cojo resfriados,

Me enamoro,

Bebo,

Y me adormezco.

En todos los aspectos, vivo como un hombre normal.

Pero mi tarea como maestro ladrón

Es componer poesía a caballo,

Ser un precursor,

Estar en la vanguardia,

Manifestar valentía.

¡Oh, cuando estoy a caballo

Y canto mis canciones!

Mis canciones

Tienen el poder de saquear el mundo de los ricos.

Primero, privan a los bastardos de su columna vertebral,

Haciéndolos cojos y flácidos.

Luego, roban la historia,

Reescribiéndola en nuestros libros de cuentas.

Roban a sus mujeres,

Exquisitos premios.

Mis canciones roban circunstancias para el bolsillo de la necesidad,

Escapan con los eruditos

Para registrar nuestras hazañas,

Raptan a las doncellas

Para las esposas de nuestros camaradas,

Toman el control del estado,

Bautizándolo en sangre.

Se apropian de la religión,

Pero la religión es una cosa

Que nadie en nuestro mundo tomará,

Ni siquiera por una canción.

Lucha,

Mis amigos.

¡Abundantes son las posesiones del enemigo!

¡Robadlas!

Cada uno de ustedes mostrará la magnanimidad del ladrón maestro.

Colectivo de potros,

Mi expedición roja,

Los comisarios los perseguirán.

Paren sus ganchos y cuerdas con sus capas.

Desnudados de sus capas,

Paren con su túnica.

Desnudados de la túnica, cabalguen al natural.

Si pierden la silla,

cabalguen a pelo.

En todas las cosas,

Estarán desnudos.

La tempestad se avecina,

No van a necesitar vestidos.

Desnudos van a cabalgar.

Desnudos cantarán,

¡Mis maestros, poetas ladrones!

Hideo Oguma, poeta proletario japonés, nacido en Hokaido,
Hideo Oguma, poeta proletario japonés, nacido en Hokaido,