EL AJO, EL APIO Y EL AJONJOLÍ, poemas

 

El Ajo, El Apio y El Ajonjolí

Poemas por Juan Cervera Sanchís

I

EL AJO

La ingrata humanidad nunca te canta
a ti que tanto y tanto, sí, te debe.
Deuda que a mi a diario me conmueve,
pues tal deuda a diario se agiganta.
Tu virtud en mi sangre es sacrosanta,
ajo hermano y amigo; que promueve
tu virtud mi salud, mientras me mueve
tu aceite de mostaza y me levanta.
Me levanta ajo amigo y purifica
tu jugo el corazón, ya que tu eres
un vigoroso pun
Oh, ajo hermano, en ti se intensifica
la gracia de la vida y sus poderes
que, contigo, se elevan de valor.

II

EL AJONJOLÍ

En tu africano origen me recreo
y el Tigris y el Eufrates en mis ojos
en tu nombre desatan mil antojos
y ajolchankaka nahau paladeo.
Olí, ajonjolí, presente y corifeo
en los más varios guisos y remojos,
que complaces a todos sin sonrojos
y eres de todos principal deseo.
La negritud esclava te traería
al Nuevo Mundo y adorado fuiste
pues para todos fuiste una fortuna.
Que para todos, como ayer, hoy día,
una delicia que nadie resiste
eres tú, ajonjolí, sin duda alguna.

III

EL APIO

Hallo en ti sodio orgánico y en ti hallo
hierro y magnesio, apio generoso,
pues tu jugo nutricio y vigoroso
se rubrica en el garbo de tu tallo.
Que eres tú pura vida, y lo subrayo
masticando tu tallo delicioso
y gozando de ti; que harto gozoso
es beberte y morderte mientras callo.
Apio digo y mi sangre fluye y fluye
por mis venas radiantes de alegría
y en estado de gracia y juventud.
Que tu orgánico sodio contribuye
a que todo mi cuerpo en armonía
disfrute de la vida a plenitud.

Dibujo en el libro de Asa Gray, Introducción a la Botánica Esructural y Sistemática (New York: Ivison, Blakeman, Taylor & Co., 1874

Dibujo de un ajo, siglo XIX

El apio, dibujo en La Cyclopaedia de los Maestros y los Estudiantes (Kansas City: The Bufton Book Company, 1909)

Ajonjolí, del libro L. Brent Vaughan, Hill’s Practical Reference Library of General Knowledge, 1906.