¡NIÑOS DE LA CALLE!, poema por Uriel Benito Sánchez Galo

 

¡Niños de la calle!

Poema por Uriel Benito Sánchez Galo (Nicaragua)

Son tantos luceros tiernos llenos de miedo
Que el pequeño mortal dará un aliento
Quizás de soplos de vida o simples lamentos
Al no tener vida
Al viajar por las vías de las calles vacías
De gratuitos regalos de vida
Pero no la del Cristo que abraza desde aposentos de oración
Sino la que dio el pequeño tritón al no tener crédito en casa y salir de tal situación
Sin baños de tintas para plasmar la risa de tantos por que son bólidos que se convierten en espanto
Solo la sangre de muerte buscando en la pista al tener de frente el retrato
Del día gritando jodiendo en el tumultuoso hormiguero vendiendo periódicos jugando maldiciendo
Al querer tantas cosas y quedar con la bocota haciendo un pinol de un aguacero
Sedientos de abrazos sedientos del amor de un helado o de un sueño en lo profundo del Infierno
Abrazando al hermano que carga sin ansias los años
Como por encargo del señor del orgasmo que lo puso en la estación de la vida
Cuando al errar por el mundo quedó con las bolsas vacías
Si te veo con rótulos en todo el cuerpo
Pidiendo ayuda al primero que pasa
Y me tiembla el alma de ver la locura
Del vivir cotidiano en las penumbras malditas de las solitarias
Almas benditas
De repente el reproche infame da acentos violentos
Y vuelan al suelo los alegres recuerdos de ver al mundo de luceros bellos
solo desde lejos a la par del cielo
Y te quedas mudo
Viendo solamente el cieno
A la par la nostalgia del eco queda sin habla sueña con el mundo dormido
Con garras
Y se partió el alma en trazos vacíos de penachos de glorias
dando la historia que no se perderá en la memoria
Del grupito en el centro del mercadito
Y suplico a mortales a dioses finito
Clemencia sobre la futura tumba del pequeño gitano
Que va por el mundo perdido y sin guía
Buscando tu mano o quizás la mía en el fondo de la filantropía
Si me desespero y sólo puedo callar mis lamentos
Con tres moneditas por la triste sonrisa
En las calles desiertas de almas bendita
En la parada de buses ¡Las piedrecitas!

 

 

Otro detalle del gran maestro de la escultura nativa en British Columbia, Canadá, Bill Reid. Tomada en la UBC en Vancouver, Canadá por Kazuyoshi Tlacaelel (México-Japón)