POEMAS DE GÓMEZ MANRIQUE

GOMEZ MANRIQUE (1412-1490?)

El planto de las virtudes e poesia por el magnifico señor don Iñigo Lopez de Mendoça, marques de Santillana e conde del real, compuesto por Gomez Manrique, su sobrino.

DISCRIBE LA FEROÇIDAD DEL VALLE.

Non jazmines con sus flores

auia, nin praderias;

nin por sus altos alcores

ressonauan ruyseñores,

nin sus dulçes melodias.

Texos eran sus frutales

e sus prados pedernales,

e buhos los que cantauan,

cuyas bozes denotauan

los aduenideros males.

No ninguno vi venado,

corços, nin ligeros gamos,

non soto bien arbolado

do resposare cuytado

a la sombra de sus ramos;

mas aspides ponçoñosos

de los sirtes arenosos

visitauan las veredas;

sus mejores arboledas

enebros eran nudosos.

E las arpias de Fineo

por sus cumbres resonauan:

mas dulçe syn dubda creo

ser la musica de Horfeo

que las bozes quellas dauan.

E muy mayor alegria

Erudice sentiria

con la farpa sonorosa,

que yo con tan dolorosa

e feroçe melodia.

E las aguilas caudales

enlos desnudos troncones

gritos dauan desiguales,

e por sus pechos reales

sacauan sus coraçones.

O tu, discreto letor,

piensa con quanto pauor

ala sazon estaria

el syn ventura que via

autos de tanto dolor!

EL PLANTO DE LA POESIA

“O Castilla! Llora, llora,

vna perdida tamaña;

e tu real alcandora,

pues es llegada laora,

con las tus lagrimas baña.

E fagan tus naturales

los plantos mas desyguales

que nunca jamas fizieron,

pues que syn dubda perdieron

el mejor de los mortales!

“Lloren los ombres valientes

por tan valiente guerrero,

e plangan los eloquentes,

e los varones prudentes

lloren por tal compañero.

E los lindos cortesanos

lloren mas que los Tebanos

por su pueblo destruydo,

pues han el mejor perdido

de todos los palancianos.

“E yo, triste poesia,

perseguida de fortuna,

pues que la ventura mia

me dexo syn alegria,

plañire mas que ninguna:

que en espacio de dos años

tales me son fechos daños

por esta muerte maldita,

que non se como repita

tantos males e tamaños.

Tinta sobre papel de Noboru Yurugui sobre el tema de la muerte, pintado cerca de Mizquic, el pueblo sagrado de la muerte, en las orillas de la ciudad de México