Carmen de la Fuente: “Bárbara Oaxaca, una original poetisa mexicana”

Bárbara Oaxaca una original poetisa mexicana

Por Carmen de la Fuente


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Su poesía, a la primera lectura, puede parecer extraña y hermética. Basta analizarla para darse cuenta de que allí hay, junto a la inspiración, un trabajo de artífice.

   Su poesía es original porque original es su visión del mundo. Ella desarrolla una fuerza laboral y al mismo tiempo ama la música y se interesa por la arquitectura lingüística. Digamos que su temática y estructuras van de la mano.

    De la atmósfera densa que puebla los ámbitos fabriles, toma los tecnicismos: “aceite y metales / preñan el aire / un alarido de plomo / hierve y se esparce…” de tal manera que se humanizan los objetos, adquieren condiciones irreales.

    Bárbara está inmersa en su mundo; el ambiente sombrío se escurre como una sombra; tan orgullosa está de su entidad obrera que crea una conciencia solidaria y ésta incluye a los instrumentos de trabajo: “¿Has profanado la íntima desolación de las máquinas muertas?”

    Esta línea que bien pudiera haberla escrito un estridentista, resulta acorde con Minero: “Eres el canto subterráneo… voz de sílice y carbón / edicto de vástago y barreno / terquedad de trépanos.”

    Esta abundancia de vocablos –préstamo de la mecánica y la física- envuelven a su poesía en un halo de misterio; hay también los que se refieren a la lingüística: “gramema”, “lexema”, “prosodia”, “grafía” y los de la música: “cadencia”, “adagio”, “madrigal” que demuestran una preocupación por el enriquecimiento filológico.

    No basta, hay que recurrir al acervo mitológico: Lilith, Jonás, Ariadna, Teseo, cuyo fondo adquiere nuevo significado. Muy lejos, repercuten los ecos del amor y si queremos descubrir cómo se está gestando una nueva voz en el campo de la literatura, leamos Edicto, revelador poema.

    Una palabra más: Bárbara Oaxaca renuncia deliberadamente a rima y ritmo tradicionales, acercándose de vez en vez a las canciones medievales de España. ¿De dónde viene entonces su música? Del palpitar de su corazón, de las venas del canto.

”¿De dónde viene entonces su música? Del palpitar de su corazón, de las venas del canto”, nos dice Carmen de la Fuente sobre Bárbara Oaxaca
Bárbara Oaxaca: “Eres el canto subterráneo… voz de sílice y carbón / edicto de vástago y barreno / terquedad de trépanos.”
“Bárbara está inmersa en su mundo; el ambiente sombrío se escurre como una sombra; tan orgullosa está de su entidad obrera que crea una conciencia solidaria y ésta incluye a los instrumentos de trabajo: “¿Has profanado la íntima desolación de las máquinas muertas?”, – Carmen de la Fuente.