Ubicación geográfica
TLAHUAC IYEYAN
Artículo por Baruc Martínez
La actual delegación Tláhuac se encuentra ubicada al sureste del Distrito Federal, dentro de lo que es la Cuenca de México, con mayor precisión se puede afirmar que se localiza entre el meridiano 98°56’ y el meridiano 99°05’ longitud oeste y entre los paralelos 19°12’ y el 19°20’ latitud norte.
Colinda al norte y noroeste con la delegación Itztapalapan, al sur con la delegación Milpa Alta (Malacachtepec Momozco), al este y sureste con el Municipio de Valle de Chalco Solidaridad (Xihco), ya en el estado de México, y, por último, al poniente con la delegación Xochimilco.
Son siete los pueblos originarios que conforman esta demarcación, todos ellos procedentes de la época prehispánica y con raíces de origen nahuatl; a saber: Santiago Tzapotitlan, San Francisco Tlaltenco (antes Tetlalpan), Santa Catarina Yecahuitzotl (antes Cuauhtli Itlacuayan), San Pedro Tláhuac (antes Cuitlahuac Ticic), San Juan Iztayopan, San Nicolás Tetelco (antes Cuitlatetelco) y San Andrés Mizquic. Entre estos siete pueblos, además de las nuevas colonias, conforman una superficie total de 8, 534.62 hectáreas, de las cuales 5,674 son de áreas verdes, esta extensión equivale al 6.7 % del total del Distrito Federal.
Entre los relieves orográficos es necesario mencionar la presencia de la Sierra de Yecahuitzotl o Santa Catarina, la cual contiene ocho elevaciones; entre ellas se encuentran: el Yahualiuhcan, Xaltepec, Tetecon, Cuitlaxochitl, Tecuauhtzin, Mazatepec, Cuexomatl y Tetlaman, esta última es la más elevada con una altura de 2,750 metros sobre el nivel del mar. Además al sureste se encuentra el volcán Teuctli con una elevación de 2,710 metros sobre el nivel del mar. Todos estos relieves orográficos provienen de la época pleistocénica, es decir, son de reciente creación, y están formados por lavas de tipo basalto y andesita.
En cuanto a la hidrografía es importante señalar la existencia de la zona chinampera, ubicada tanto en Mizquic como en Tláhuac. En la cabecera delegacional hay que mencionar la existencia del Huey Atezcatl (Gran espejo de agua), malamente llamado “Lago de los reyes aztecas”, el cual tiene una superficie acuática de de 1.9 hectáreas aproximadamente. Dentro de este lago se encuentran algunos canales, entre éstos hay que mencionar la existencia del Guadalupano y el de Chalco, dada su cabal importancia por ser principales vías de comunicación lacustre desde época remotas. Hay que mencionar el espejo de agua que se forma entre Tláhuac y Xihco, último vestigio del antiguo Lago de Chalco.
Las principales vías de comunicación para accesar a esta delegación son las siguientes:
– Avenida Tláhuac: es la principal, comunica a Tláhuac con Itztapalapan por el pueblo de San Lorenzo Tezonco, cruza con las Avenidas Tasqueña y Ermita-Itztapalapan. Asimismo es vía de comunicación con las delegaciones: Coyohuacan, Xochimilco y Milpa Alta.
– Ferrocarril San Rafael y Atlixco: es la antigua calzada de Tláhuac que la comunicaba con Tlaltenco y anteriormente era el paso del ferrocarril que venía de la ciudad de México. Se une después con la Avenida Tláhuac.
– Calzada Tláhuac-Chalco: abre la comunicación con el Estado de México.
– Eje 10: comunicación principal del pueblo de Santa Catarina Yecahuitzotl, comunica a Tláhuac con Itztapalapan, por una parte del lado de la Sierra de Yecahuitzotl y por el otro hasta topar con la Avenida Ignacio Zaragoza. También se puede accesar al estado de México vía Itztapalluhcan.
– Canal de Chalco: comunica a Tláhuac con Xochimilco hasta topar con el Anillo Periférico.
¿TLEIN QUIHTOZNEQUI TLAHUAC?
¿Qué significa Tláhuac?
Mucho se ha dicho con respecto al significado del vocablo Cuitlahuac, diferentes han sido las interpretaciones hasta hoy dadas, sin embargo, en la mayoría de las veces, no ha existido la coherencia necesaria al momento de realizar la interpretación. Por ello, en este escrito, ahondaremos un poco en el tema, sin embargo un tratamiento más extensivo se llevará a cabo en una publicación de mayor envergadura.
Como primer punto mostraremos las diversas interpretaciones que se han dado sobre el significado del topónimo Cuitlahuac, conforme avancemos también diremos por qué no estamos de acuerdo con ellas, después formularemos nuestra propia interpretación, salvada la aclaración de que nuestra fundamentación es más extensa y se dará a conocer en posteriores publicaciones.
De las interpretaciones más conocidas se encuentra la de “excremento seco”, la cual muchos han aceptado y otros tantos han refutado por parecerles “poco higiénico”. Entonces debemos recordar que la mayoría de las interpretaciones se realizan en el contexto europeo, con normas y reglas totalmente ajenas al mundo de Anahuac. Por esta razón no falta quien refute al “excremento seco” como significado de Cuitlahuac y proponga otro que sea menos “sucio”. Como ya hemos mencionado esto se debe a que se ve a la cultura autóctona con ojos extraños y ajenos.
Los que están a favor del significado anterior casi siempre citan un párrafo muy famoso del estudioso Cecilio Robelo y que a la letra dice así:
…Tláhuac es aféresis de Cuitláhuac. Este nombre, tal cual está escrito, se compone de cuitlatl, suciedad, caca, y huacqui, seco, que pierde la sílaba final qui, y toma la c de huac, posposición; y significa: “En la caca seca”. Esta interpretación, por más que repugne a ciertos mexicanistas pudibundos, está fundada en el jeroglífico, que se compone de un mojoncito de caca, signo figurativo de cuitlatl, sección vertical de un caño de agua, signo figurativo de apantli, que da la terminación de apan, de suerte que la lectura debe ser Cuitlahuacapan. “En el agua de caca seca o dura”, esto es, donde sobrenada la suciedad .
En primer lugar hay que notar algunas cuestiones. A nosotros no nos asusta el significado de “caca seca o dura”, de hecho, a primera vista, parecería el más lógico de todos por dos motivos, a saber: la lingüística secunda esta traducción ya que cuitlatl sí se usó para designar al excremento; como segundo punto el glifo, efectivamente, muestra un signo figurativo de cuitlatl. Sin embargo, la realidad histórica no refuerza es traducción y éste es un problema muy serio e interesante.
Los autores que sostienen esto nunca han explicado el por qué de esta interpretación. Robelo dice que esto se entiende como en el lugar “donde sobrenada la suciedad”, empero el pueblo de Cuitlahuac siempre fue muy limpio, así en el ambiente lacustre como en muchos otros aspectos. Para precisar esto veremos el testimonio de un conquistador español, nos referimos a Hernán Cortés. “[…] y otra legua adelante entramos por una calzada tan ancha como una lanza jineta, por la laguna adentro, de dos tercios de legua, y por ella fuimos a dar en una ciudad la más hermosa, aunque pequeña, que hasta entonces habíamos visto…”
Analizando la cita anterior podemos notar cómo claramente fueron deslumbrados, por la belleza del pueblo de Cuitlahuac, los invasores españoles. Si Cuitlahuac hubiera estado llena de excremento, como afirma Robelo, la impresión de aquéllos sería de horror y no de admiración. Con estas breves apreciaciones podemos saber que la interpretación de Robelo, como las de aquellos que defienden ésta, es equívoca al no haber correspondencia entre el significado del topónimo y el entorno histórico-geográfico.
Hay otros que la han traducido como “lugar que tiene el tecuitlatl, o en el agua del tecuitlatl” . La palabra tecuitlatl designaba un alga que se localizaba en las orillas del Lago de Tetzcoco, por los especialistas es llamada alga espirulina. Lo primero que tenemos que notar es esto: este tipo de algas se encuentra sólo en las áreas saladas, ahora bien, las aguas del pueblo de Cuitlahuac no eran saladas sino dulces, por esta sencilla razón no puede ser la traducción que defiende el Dr. Antonio Peñafiel. Además hay que agregar que si fuese la traducción: en el agua que tiene tecuitlatl, el nombre de esta población debería ser Tecuitlahuac y éste no es el caso.
En una monografía sobre Tláhuac se da la siguiente versión: el nombre de nuestro lugar de estudio se deriva del verbo auitlauia, después se une la partícula atl, agua, y, por último el locativo c, lo que, según los autores, resultaría “en el lugar de quien cuida el agua”. En este caso es pésimo el tratamiento que se le da a nuestra lengua nahuatl. En primer lugar porque el verbo cuidar no es auitlauia sino cuitlahuia, a pesar de esto en esa monografía se sostiene que se consultó un diccionario de lengua nahuatl, siendo así no hubieran incurrido en ese error.
Por su parte Carlos Justo Sierra también cita la interpretación anterior, pero él sí da correcto el verbo cuidar: cuitlahuia. Empero, esta traducción carece, en algunos elementos, de sentido. Los glifos, hasta ahora conocidos, no corresponden ni justifican la interpretación anterior. Tampoco la fundación que han mal llamado mítica le da sustento. Lo único que la acredita es el hecho de que, en la época prehispánica, se construyó una calzada-dique que pasaba por Cuitlahuac y la unía con Tolyahualco (Tulyehualco), de un lado, y del otro con Tlaltenco, los habitantes tenían la obligación de regular el paso de las aguas para evitar inundaciones. No obstante esta construcción ocurrió mucho después de fundada la ciudad, por lo tanto este acontecimiento no representa alguna base para aceptar la traducción de “en el lugar de quien cuida el agua”.
El arqueólogo Salomón González Blanco realiza una interpretación bastante extensa, a pesar de ello, carece de todo sustento su traducción. Para él Cuitlahuac significa: “canta el dueño del agua o el señor soberano del agua canta” . Como ya hemos señalado el sustento del arqueólogo es muy débil y se encuentra muy alejado del contexto nahuatl. Él quiere derivar el nombre Cuitlahuac de las palabras cuica, cantar y atlahuac, dueño del agua, esto es imposible pues no corresponde al modo en que se aglutinan las palabras en nuestra lengua.
Hasta ahora se han dado otras interpretaciones, muchas de ellas carecen de sustento, en uno o en varios sentidos. Para mostrar un ejemplo citaremos un caso especial con respecto al significado de nuestra población: “Y existen otros más que afirman de este lugar se llamó Coatlahuiac, ‘donde la serpiente ilumina’…” Hace tiempo presentamos este caso en un pequeño artículo sobre nuestro pueblo: Cuitlahuac, sin embargo, es necesario decir que, desgraciadamente carece de fundamentación. En ninguna fuente aparece esta locución, por lo tanto no perderemos más tiempo con ésta, sólo aclararemos que sí existen personas que sostengan esta interpretación, aunque en la mayoría de los casos no puedan comprobar su autenticidad.
Por último, con respecto a la traducción de nuestro vocablo, debemos mencionar la interpretación más reciente que se ha hecho sobre el significado de Cuitlahuac. Los autores de un breve artículo proponen que Cuitlahuac se derive de las siguientes palabras: teocuitlatl, oro, vegetación, atl, agua, huah, posesivo, y c de locativo. Lo cual, según ellos, vendría a significar “vegetación nueva” u “oro del agua”. Hacen una explicación aceptable, tratan de darle sustento, citan obras de aquí y de allá y se olvidan por completo de la gramática y lingüística.
Siguiendo la línea que van marcando debemos señalar que el vocablo Cuitlahuac nunca se podría derivar de la palabra teocuitlatl, oro; lo único que resulta de su interpretación es: Teocuitlahuac. En ninguna fuente viene esta palabra como sinónimo de nuestra población. Los autores aducen que:
Cuitlahuac es un vocablo náhuatl y tratar de entender el sentido profundo del lenguaje indígena, implica, en primer lugar, comprender que sus formas de expresión eran más de carácter ideográfico y sus significados sagrados y esotéricos vinculados a los fenómenos naturales, deificados o sagrados .
Precisamente el tratar de comprender ese lenguaje indígena, como lo señalan los autores, es necesario para proponer una traducción más acorde con muchos de los elementos cosmoperceptivos del mundo prehispánico. Desde luego existe la metáfora en la lengua de nuestros ancestros, pero esto no significa que fueran esotéricas las palabras que ellos utilizaban, es simple y, sencillamente, la forma en que transmitían sus conocimientos cósmicos.
Por las razones citadas señalamos que: las interpretaciones anteriores de ninguna forma nos convencen y lo que sí generan es el deseo de formular nuevas traducciones pero, basándose en criterios propios de nuestros abuelos.
Ahora plantearemos, de manera sucinta, nuestra interpretación. El nombre completo de nuestra población es Cuitlahuac Ticic, y, en algunas fuentes, su nombre se invierte y queda así: Ticic Cuitlahuac.
En primer lugar citaremos al doctor Ignacio Romerovargas Yturbide, quien nos informa un aspecto de vital importancia para no errar el camino en nuestra interpretación. Con respecto a los topónimos, en lengua nahuatl, Romerovargas señala: “De acuerdo con el genio toponímico de los nahuas las grandes capitales tenían dos nombres uno referente a circunstancias de lugar y el otro tocante a la población que en ellas vivía” .
La cita anterior es muy reveladora pues nos muestra, precisamente, cuál era la función de cada nombre en lengua nahuatl. Pues bien, nuestra población tiene los dos nombres que poseían “las grandes capitales”, de acuerdo con Romerovargas. Con estos elementos ahora sí daremos inicio con nuestra interpretación.
Con las aclaraciones del doctor Romerovargas podemos afirmar lo siguiente: el nombre completo, Cuitlahuac Ticic, se refiere a dos aspectos de nuestro pueblo. El primero, Cuitlahuac, explica la situación geográfica en la que se encuentra este lugar; por su parte Ticic nos habla de las características de los habitantes que se asentaron en este pueblo. Desde esta base tienen que partir todos nuestros planteamientos sobre estos dos topónimos de origen nahuatl. No podemos perder de vista esto y hay que seguir sobre esta línea interpretativa, buscando los argumentos que nos ayuden a fundamentar nuestra hipótesis.
Pero, antes de continuar con el desarrollo de nuestra traducción, vale la pena describir brevemente los elementos que componen el glifo de Cuitlahuac (itlahcuilolmachiohtzin in Cuitlahuac altepetl). En primer lugar se encuentra el apantli, que literalmente dice extensión de agua, y su traducción al español es canal. Este apantli es de color amarillo, coztic. Dentro del apantli se encuentra agua, atl, la cual se muestra de color azul, matlaltic. En segundo término tenemos la vírgula o signo de cuitlatl, ésta también es utilizada, en los códices, para decir que alguien está hablando, en esa tesitura la vírgula se lee como tlahtohua, hablar; su color es amarillo, coztic. El signo cuitlatl se encuentra flotando sobre el agua.
Junto a todos estos elementos se encuentran otros dos: un chalchihuitl, piedra preciosa y dos pequeños caracoles, tecciztli; más adelante veremos qué significan estos dos elementos gráficos. Ahora lo importante es saber cuáles son los elementos que componen el glifo de nuestro pueblo: Cuitlahuac. En algunos casos éstos, el chalchihuitl y los dos tecciztli, se encuentran en color blanco, iztac, pero en otros son de color azul, matlaltic.
Con estos breves señalamientos queda un poco más claro cómo está constituido el glifo de Cuitlahuac; es necesario recordar que, de acuerdo con la forma en que nuestros antepasados plasmaban sus ideas, en este glifo, tlahcuilolmachiotl, debe leerse la palabra Cuitlahuac y cada componente aportará algo para que así sea.
De los dos elementos, del nombre de nuestro pueblo: Cuitlahuac y Ticic, tomaremos al primero para analizar todas sus raíces y poder formular sólidas conjeturas. De acuerdo con nuestra interpretación esta palabra se compone de las siguientes partículas: cuitlatl y huac.
Respecto a la partícula huac podemos decir que significa superficie, a continuación nos explicaremos. Hay ciertas palabras en la lengua nahuatl que describen superficies y también cuerpos, en todas ellas aparece como componente final huac. Esto nos invita a pensar en la posibilidad de que en la traducción de nuestro pueblo huac se esté refiriendo a la superficie del lago y cuitlatl señalaría lo que hay sobre esa superficie. A continuación citaremos algunas de estas palabras que ya mencionamos:
Patlahuac: ancho.
Chamahuac: grueso.
Coyahuac: ancho.
Pitzahuac: delgado.
Tomahuac: gordo.
Ixchamahuac: denso.
Telahuac: voluminoso.
Canahuac: delgado.
Como podemos observar todas estas palabras tienen la terminación huac, la cual denota a un cuerpo o a una superficie, por ejemplo si digo: in patlahuac ohtli, significa el camino es ancho; in coyahuac tezcatl: el espejo es muy ancho. Con estas consideraciones podemos afirmar que la partícula huac denota superficie y, en nuestro caso, se refiere a la superficie de los lagos que rodeaban a nuestro pueblo: el de Chalco y el de Xochimilco. A continuación trataremos de traducir el siguiente término, el cual es el más difícil.
En muchas de las interpretaciones, que hemos visto, la problemática es por el significado de cuitlatl, algunos lo traducen como excremento, otros como oro o vegetación, algunos más como algas lacustres, etcétera.
En el diccionario del lingüista Paul de Wolf hemos buscado, en español, la palabra excremento, da diferentes palabras, entre ellas cuitlatl. Sin embargo, la palabra que designa específicamente al excremento humano es xixtli. Cuitlatl en composición con otras palabras tiene significados diferentes, que se refieren a excrecencias animales, vegetales y minerales o, incluso, humanas pero de otro tipo que nada tienen que ver con la materia fecal. Por ello debe quedar descartado el significado de excremento humano. Hasta la fecha los que sostienen que Cuitlahuac significa “excremento o caca seca” siempre hacen referencia al excremento proveniente del hombre, esto no corresponde al significado en nahuatl como estamos viendo.
Para despejar más dudas citaremos unas líneas del doctor Patrick Johansson:
El término náhuatl para excremento, cuitlatl, concierne no sólo a las heces, sino también a todas las secreciones, ya sean animales, vegetales o minerales. “Moco”, por ejemplo, se dice yacacuitlatl, literalmente “el excremento de la nariz”, mientras que “oro” es teocuitlatl, o sea “la excrecencia divina” (o solar) .
Como podemos observar, gracias a los comentarios del doctor Johansson, cuitlatl tiene una connotación más amplia de la que se le ha dado al traducir el topónimo Cuitlahuac. El menciona yacacuitlatl y teocuitlatl, el primero, en efecto, significa “excrecencia de la nariz”, pues sus raíces etimológicas son: yacatl, nariz y cuitlatl, la excrecencia. Sobre el segundo ya hemos afirmado, líneas arriba, que significa oro, las palabras que lo componen son las siguientes: teotl, raíz que tiene muchos significados y su traducción depende de la palabra con la que se componga, en este caso lo más aproximado es que corresponda a un adjetivo que denote algo excelso, maravilloso, fino o apreciado. Entonces la traducción debe ser: “excrecencia excelsa, maravillosa, fina, o apreciada”.
No sólo existen las palabras que puso como ejemplo el doctor Johansson, por nuestra parte mostraremos algunas más para observar cómo cuitlatl, más que excremento significa excrecencia. Por ejemplo: tecuitlatl, que ya antes habíamos mencionado, literalmente dice “excrecencia de las piedras”, palabra derivada de tetl, piedra y, nuevamente, cuitlatl. Más allá de lo literal la acepción que se le daba es la de un alga que existía en los lagos de agua dulce, hoy los científicos la reconocen como “alga espirulina”. Otro ejemplo es cuitlacopalli, “excrecencia del copal”, de las raíces cuitlatl y copalli. Asimismo para referirse a las lagañas, o legañas, en nahuatl se dice ixcuitlatl, lo cual literalmente dice “excrecencia de los ojos”, sus raíces son: ixtli, ojo, rostro y cuitlatl, excrecencia. Creemos que con estos ejemplos bastarán.
Pues bien, hasta aquí lo que podemos concluir es que cuitlatl, efectivamente, se refiere a excrecencia y no a excremento humano, por lo menos en este caso, es por esto que el topónimo Cuitlahuac debe ser traducido de otra forma. Lo que es seguro es que se trata de una excrecencia, ¿pero qué tipo de excrecencia? Si observamos con detenimiento el glifo es obvio que el signo figurativo cuitlatl se encuentra sobre el agua, es decir, está flotando. Esto nos lleva a pensar que, en este caso, cuitlatl es una excrecencia acuática.
Otro detalle que debemos contemplar es la presencia del elemento chalchihuitl en el glifo de nuestro pueblo. El chalchihuitl se refiere a las piedras preciosas, aquí metafóricamente describen al agua, este elemento también es acompañado de unos pequeños caracoles (tecciztli)), lo cual indica que es agua limpia, en movimiento, pues si hay movimiento existe la vida (olin yoliztli). La presencia, en el glifo, de estos importantes partícipes demuestra que en el agua no era depositado el excremento como algunos han dicho, entre ellos el ya citado Cecilio Robelo.
En este momento podemos decir que Cuitlahuac significa literalmente “superficie con excrecencias”, lo cual, seguramente, hace referencia a algún tipo de algas o, en su defecto a varios tipos de algas, que se originaban en los lagos donde se encontraba ubicada la isla, pero, hay que aclarar, que estas algas debieron ser diferentes a la espirulina, pues se encontraban entre agua dulce. Lo más probable es que estas algas se pusieran a secar, como sucedía con el tecuitlatl, y, más tarde, se comieran o se llevaran a lugares lejanos para ser intercambiadas. Más específicamente la traducción sería: “lugar (superficie) de excrecencias acuáticas”.
Cuitlahuac, en efecto, evoca la geografía del lugar que se está señalando con ese nombre. Ahora podemos afirmar que este primer topónimo se refiere al entorno natural y paisajístico de nuestro pueblo, por lo tanto Ticic, el otro topónimo, debe hacer referencia a la actividad de los habitantes de esta población.
Primeramente señalemos los elementos que componen el glifo de Ticic, hay que aclarar que en ningún códice prehispánico aparece éste, pero en un manuscrito que copió don Faustino Chimalpopoca Galicia, titulado Los cuatro barrios de Cuitlahuac, está presente este glifo de Ticic.
La escritura gráfica de Ticic sólo contiene dos elementos: calli, casa, construcción y tecciztli, caracol. El tecciztli se encuentra encima de la construcción antigua. La casa se debe entender como un lugar específico, es decir el glifo no es tan literal. El caracol, que se encuentra en la parte superior, regularmente es asociado con Quetzalcoatl. De acuerdo con la tradición oral de Tláhuac, Quetzalcoatl representa la inteligencia y la sabiduría. Con estas aclaraciones hay que leer lo siguiente: en Ticic (representado el lugar por la casa) se encuentra presente Quetzalcoatl, es decir, la sabiduría, porque, los que ahí habitan, la cultivan y preservan. Hasta aquí la descripción del glifo, ahora continuaremos con la traducción etimológica.
Normalmente se dice que Ticic significa lugar de brujos, nigromantes, agoreros, médicos, etcétera. “Ticzic quiere decir, según algunos historiadores, lugar de médicos o agoreros” . Esta traducción se encuentra alejada del pensar de nuestros antepasados. La brujería, la nigromancia, los augurios, pertenecen, históricamente, al pensamiento medieval europeo. El topónimo Ticic se compone de las siguientes palabras: ticitl, c es apócope de co, locativo. La raíz ticitl es la más importante para realizar la correspondiente traducción.
Ticitl en realidad se podría decir que era el nombre que recibían los “médicos” en la época prehispánica, pero no eran cualquier tipo de médicos. Los titicih (plural de ticitl) se encargaban de atender a las mujeres que parirían, además de ayudarlas en el momento de dar a luz, en muchas ocasiones ellos le daban su nombre al recién nacido, en este caso jugaban el papel de tonalpouhqueh (contadores del tonalli), es decir personas que sabían manejar el tonalpohualli, “calendario” de 260 días, y con base en las características del nuevo ser humano le asignaban un nombre.
Estas características hacían de los titicih personas especiales, grandes sabios en realidad. Por ello Hernando Ruiz de Alarcón nos señala:
Pues dando principio a este tratado con la explicación del nombre ticitli, comúnmente se usurpa por lo que en castellano suena médico, pero entrando más adentro, está recibido entre los naturales en significación de sabio, médico, adivino y hechicero, o tal vez que tiene pacto con el demonio…
Como puede observarse en las líneas citadas el ticitl o ticihtli, como lo escribe Ruiz de Alarcón, no es sólo un médico en el sentido europeo, éste adquiere una connotación más amplia: es sabio, sabe lo que pasará porque ha aprendido a entender el lenguaje de la naturaleza (tetzahuitl), en este punto se puede decir que el ticitl es, también, un tetzauhmatini, es decir, que entiende estos símbolos de la naturaleza conocidos como tetzahuitl. Lo que agrega el autor acerca de hechicero o que tiene pacto con el diablo ya corresponde a una idea surgida, históricamente, en el medioevo y de ninguna manera corresponde al contexto de estos pueblos de Anahuac.
Lo que es necesario entender es que los titicih son seres muy especiales, verdaderos sabios autóctonos. Además poseen otro nombre: nahualtecuhtin, es decir hombres nahuales, del conocimiento supremo, sagrado. La palabra nahualli siempre se relaciona con lo que está oculto, lo que es secreto, por ello afirmamos que conocían muchos secretos de la naturaleza y esto les permitía ser sabios, verdaderos hombres de conocimiento.
Debemos agregar que también eran llamados tzompanteuctin o tzompantecuhtin, quizás éste es el nombre por el cual son más conocidos en las fuentes históricas. Se dice que estos tzompanteuctin eran los descendientes de Mixcoatl, la serpiente de nubes, representación de la Vía Láctea y concepto que evoca el estudio sistemático del cielo (ilhuicatl). Se cuenta que de la sangre de Mixcoatl “[…] nació Poloc, ‘el prodigioso’, quien creció, se casó y procreó a Mapach, que a su vez fue padre de Teotlahuica. Ellos formaron la dinastía de los tzompanteuctin o adivinos de Tláhuac que dieron fama a este pueblo” .
Estos mismos tzompanteuctin fueron llamados por Motecuhzoma Xocoyotzin, ya que sabían que los hombres “blancos y barbados” se acercaban a las tierras de Anahuac. El Códice Chimalpopoca también afirma que el tlahtoani mexihcatl mandó a matar a todos estos hombres de conocimiento, sin embargo no se encuentran más referencias en las fuentes históricas, por ello parece dudosa tal afirmación, aunque éste no es el lugar apropiado para dilucidar esta cuestión.
Los titicih además tenían un elemento natural importante para continuar con el cultivo de la teoyomatiliztli (cosmopercepción antigua): el Lago. Se dice que “[…] tenían en el lago un aliado indiscutible en su labor, ya que en las noches se convertía en un espejo oscuro, en cuya negritud se transcribían con gran exactitud los destellos celestes” .
En la actual población de Tláhuac todavía se encuentra este lago, el cual es el último reducto de la resistencia que sostiene nuestro pueblo contra el “progreso” que quiere imponer la globalización y el capitalismo. En nuestros días es llamado “El Lago de los Reyes Aztecas”, nombre que resulta ilógico e impropio. En el sistema social que mantenían los hombres de Anahuac no existieron jamás los reyes. A quienes se encargaban de dirigir y guiar a los pueblos se les nombrados tlahtohqueh, en plural y tlahtoani, en singular, esto con respecto a los pueblo hablantes de la lengua nahuatl. En relación a la segunda palabra habría que hacer algunas consideraciones: Los aztecah son los pobladores de Aztlan; los llamados mexihcah en algún tiempo fueron aztecah, pero durante su migración cambiaron de nombre, por el que ya se ha mencionado. Por lo tanto a los otrora habitantes de Tenochtitlan no se les debe llamar aztecah sino mexihcah o tenochcah.
El nombre antiguo para el lago es Huey Atezcatl, que en castellano significa “Gran espejo de agua”. En la superficie de este lago se reflejaban perfectamente las estrellas cuando oscurecía. Los titicih leían entonces lo que pasaría, de acuerdo con la posición de cada una de estas estrellas. Esta técnica, hoy extinta en el pueblo de Tláhuac, se asemeja muchísimo a la practicada en otros pueblos indígenas, cuando el huehuetlacatl (hombre anciano) arroja maíces sobre la madre tierra o sobre un petate, él podrá ver lo que acaecerá en relación con la posición de estos granos de maíz.
Por la razón antes expuesta se dice que Mixcoatl bajó en el pueblo de Cuitlahuac Ticic. Los hijos de Mixcoatl son los titicih, hombres del conocimiento supremo, y este término en castellano significa “serpiente de nubes” lo cual nos remite al estudio sistemático de lo que los occidentales llaman Vía Láctea.
Cuando los titicih pueden saber lo que acontecerá, con base en la observación de las estrellas por medio del Huey Atezcatl, reciben en lengua nauatl el nombre de tlachixqueh, los que saben observar. Esta última palabra merece algunas consideraciones. En primer lugar hay que advertir que se deriva del verbo tlachia. Este verbo se traduce como observar, pero se refiere a una observación meticulosa, cuidadosa, profunda, esta observación que nos permite ver más allá del diario acaecer. Tlachia es muy diferente del verbo ihta, el cual sólo significa ver, aunque no sea con detenimiento.
Con estas observaciones podemos concluir que el tlachixquetl, tiene la capacidad de ver muchas cosas fuera de lo que se consideraría normal, en términos castellanos y, siendo anacrónicos, podemos decir que el tlachixquetl se asemeja al “vidente”.
En este momento podemos realizar una traducción para la palabra Ticic. Lo más adecuado es decir que significa “en el lugar de los titicih” y explicar que estos titicih cumplen diferentes funciones, y éstas los hacen ser hombres del conocimiento supremo autóctono (teoyomatiliztli). Entonces si traducimos “en el lugar de los titicih”, tendríamos que decir también “en el lugar de los tonalpouhqueh, tetzauhmatqueh, nahualtecuhtin, tzompantecuhtin, tlachixqueh”, estos nombres ya han sido explicados, pero debemos recordar que éstos son sólo adjetivos que califican a los verdaderos titicih.
Para finalizar este pequeño escrito debemos decir el nombre completo de nuestro pueblo: Cuitlahuac Ticic, que significa: “Lugar de excrecencias acuáticas (geográfico), en donde están los hombres del conocimiento supremo antiguo (cósmico)”.
Pues bien, siendo descendientes de estos grandes hombres tenemos hoy la responsabilidad de cuidar todo este legado cultural colectivo que nos corresponde por derecho histórico. No tengamos miedo a decir que somos habitantes de este hermoso pueblo que hoy se llama Tláhuac, que no nos espante el hecho de todavía seguir siendo “indios”, somos originarios de estas tierras, las mismas que nuestros abuelos defendieron con sangre y fuego en los diversos campos de batallas en los que combatieron. No importa que ayer fueran españoles, estadounidenses, franceses, al fin y al cabo fue, es y será una resistencia contra los poderosos y opresores, sin importar su nacionalidad o el suelo en el que hayan nacido.