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Inés Recamier, descrita por su propio cristal y viento
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Soy una mujer que ha vivido intensa y rápidamente. Apasionada, impulsiva, imprudente, contemplativa y un tanto irreverente por naturaleza. Amante de la comida y del buen vino. He aprendido a conocerme a través de diferentes roles y, si algo puedo decir con certeza, es que cuando me pregunto a mí misma quién soy la respuesta inmediata está en lo que hago: esencialmente, soy un tarro de letras.
Nací mujer y sorprendí al mundo cuando rompí con una vasta cadena de primogénitos. Quizá por esto me dieron el nombre de mamá. Aprendí a leer antes de entrar al colegio; los primeros años marcaron mi vida. Mis padres, así como mis abuelos, me inculcaron el hábito por la lectura y el gusto por el cine, el teatro y los museos.
De niña, mi pasión por la literatura fue una salvación; crecí resguardándome en otros mundos y poco a poco enamorándome de las letras. Mi entusiasmo por la cadencia en las palabras me llevó a cargar siempre con una libreta y un diccionario de sinónimos. Escribí mis primeros versos a corta edad, la adolescencia me empujó al ensayo y ya adulta, aposté por el cuento.
Durante muchos años me dediqué de lleno a mi familia. Mis hijos me enseñaron, literalmente, a jugar. Con ellos descubrí mundos virtuales que dieron pie a mi primera novela: “Entre mundos”.
Mi profesión es compleja. La literatura es un reto para muchos de nosotros. Sin embargo, he tenido la fortuna de encontrarme con personas que me han abierto puertas, y también el atrevimiento de cruzarlas para vivir experiencias distintas. El primer cuento que escribí, “La máscara del viento”, entró a concurso y capturó la atención de los jueces. Me pidieron que lo adaptara para niños; ese día nació “Ehécatl, el dios del viento”, tanto como mi amor por ellos y la literatura infantil. Comprendí que muchos niños necesitan ayuda para canalizar sus emociones y empecé una nueva aventura impartiendo Talleres de Creación Literaria.
Uno de mis mayores retos fue escribir “El quinto cristal”, mi segunda novela, en la que me vacié por completo. Creo firmemente que la literatura es una herramienta para conocernos y aceptarnos a nosotros mismos, redirigir nuestros tropiezos, y conectar. Con “El quinto cristal”, considero haber cumplido mucho de esto.
Hoy soy #LaLibrera en el programa “Detrás de la Noticia”, con Ricardo Rocha; una colaboración que entrego quincenalmente y me mantiene, por el momento, abstraída pero muy, muy contenta.