UNA MUÑECA ROTA, POEMAS 1/4 de la escritora salvadoreña Katheryn Rivera Mundo

 

UNA  MUÑECA ROTA, POEMARIO DE KATHERYN RIVERA MUNDO

 

Poetisa y promotora cultural salvadoreña. Fue miembro del taller literario “El perro muerto” e integrante del grupo teatral “Micos y pericos”, Fue promotora de los ”Jueves de poesía y trigal” en el café cultural La Rayuela y coordinadora del Festival de la Juventud de Santa Tecla en 2009 y 2010. Nació en La Paz, El Salvador, en 1989. Amiga del dramaturgo Carlos Santos y defensora de causas sociales en su país.

 

 

 

DIEZ DE MAYO

 

Te doy el esqueleto de la noche

envuelto en el pistilo de mis pupilas.

Grillos revoloteándote las vértebras,

como herida en el pilar del vientre abandonado. 

He sido los clavos de tu cruz 

benditos  con moho extraído del infierno.

Yo debería ser el abanico de tu jardín ausente,

marfil que adorne tu sonrisa 

enterrada en el caminar de mis veintiún puertas.

Soy la humillación de tus rutinas sin relojes 

la religión fiel y anónima de tus entrañas.

 

CABELLO DE AGUA

 

Mi abuela lleva los ojos medio vivos,

tiene rosas sembradas en las manos,

en ella las hormigas curan cicatrices.

Su cabello de agua ocultó las cartas en el tiempo.

Ella guardó el llanto con los brazos de su rostro 

ahí sus caricias enfrentaron los lamentos.

Mi abuela 

olvidó la cantidad de barcos en el mar de sus caderas,

los rayos ahorcados con sus piernas

porque así aprendió a enlazar su vientre con la luna.

Ella lleva la esperanza anclada

en su corazón de sueños.

 Mi abuela se olvidará de mí,

se olvidará de todo.

 

ATRÁS DE LA PUERTA

 

Miradas que perforan las espaldas,

espejos que ofrecen sus brazos al abismo.

Días que beben el disfrute de lo ajeno

azotando la ventana de los cuerpos

sienten que la locura es muerte

y se ocultan en la cárcel del insomnio

Las niñas duermen con la luna entre sus piernas 

con sus trenzas de gaviotas 

enfrascadas en la noche.

Atrás de la puerta

todos ocultarán  el tren de lágrimas carbonizadas. 

 

COLGADOS DE UNA VENA

 

Cómo vivirá el universo en una ostra

si el día se arrastró por los tejados.

Si las manos envejecieron sobre avenidas de tijeras.

La tarde no tendrá paredes desde ahora,

pero sí claves muertas y palabras rotas.

¿Cómo iremos colgados de una vena,

si un par de cráneos adornarán la vida

 que hoy se levanta entre nosotros?