ALGO SILENTE
Marianela Puebla
La noche cae a granel sobre los párpados inmóviles,
ellos reflejan una película
fría y retorcida en sus pantallas fijas.
Un grillo vagabundo husmea las sombras,
saca su desafinado violín y se apoya junto a la ventana.
Bajo el oscuro azul el silencio cabizbajo
medita su taciturna vida,
le inquieta la tétrica soledad que lo rodea.
Mas, de pronto, algo rompe la quietud del momento,
algo silente avanza despertando tempestades.
Eso, ilumina con opaco resplandor las fauces del silencio,
lo invade con desplante inaudito y pisa la cola del viento.
El grillo escupe el filtro de un cigarro,
guarda su monótono instrumento
y se resguarda en los laberintos del sosiego.
El alba llega y bosteza la noche por los espacios del día.
El ruido no espera, alborotado levanta persianas y cortinas.
Con rapidez se esfuma el sueño, se desliza bajo la almohada.
¿Dónde estará el silencio?
… Escondido en su monasterio.