El Perejil, El Rábano y El Tomate
Poema por Juan Cervera Sanchís
XVI
EL PEREJIL
Es gracioso en ramitas, y valioso,
el verde perejil que, consumido
con una buena carne, es bendecido,
pues sin lugar a dudas es precioso.
Precioso, sí, precioso y delicioso,
que una delicia es su contenido,
ya que Natura en él -sabia- ha reunido
propiedades que lo hacen portentoso.
El perejil, ¡oh, sí!, tan placentero
y generosamente refrescante;
alegrando el mantel y la comida.
Sencillo el perejil, nunca altanero
y muchísimo menos arrogante;
humilde y servicial, verde de vida.
XVII
EL RÁBANO
Cuando le hinco el diente y su frescura
acaricia mi lengua y mi garganta,
el rábano me inspira y me levanta
hacia el calcio y el cloro de su altura.
Que el rábano en sí tiene, a más de albura,
una rojez vital que nos encanta
y un poder de sanar que nos imanta
por vegetal y amable añadidura.
Desde su origen chino me seduce
su hoja de verde intenso y sus enzimas,
así como su fósforo sapiente.
Que el rábano al morderlo me produce
emociones que tú no te imaginas
pues ilumina el rábano mi mente.
XVIII
EL TOMATE
Si del tomate canto sus bondades
y, manzana de amor, se me afrancesa,
mi diente ante el tomate se embelesa
y muerde sus nutrientes cualidades.
El tomate y sus rojas realidades
dando vida y color sobre mi mesa
a mi apetito en vilo de sorpresa
ante sus sugestivas prioridades.
Meshica xictlitomatl de jugosa
y sabrosa alegría singular
envuelta en digestivos y hondos ritos.
Que el sabroso tomate y su sabrosa
Pulpa nos enamora el paladar
cual bocado de dioses exquisitos.