En Defensa del Chabacano
Artículo por Edmundo Farolán
Uno de los fundamentos u objetivos de la RAE es enaltecer el idioma castellano, y los académicos filipinos tenemos esa responsabilidad de difundir el enaltecimiento del castellano en Filipinas.
Pero el problema que existe en Filipinas es que el idioma español ya no se habla y entonces es necesario buscar medios de acercarse al castellano. Uno de estos medios es el chabacano, uno de los dialectos filipinos que se aproxima al español más que los demás dialectos hablados en Filipinas.
Este acercamiento a un dialecto que podríamos calificar de español “aguado” es quiza la mejor posibilidad si queremos llegar a ese objetivo tan deseado por los hispanistas filipinos, o sea, hacer el castellano un idioma vivo en Filipinas.
Claro que el chabacano que es una especie de ‘pidgin espanol’ no es un lenguaje muy deseado y ésto puede causar por supuesto un ‘fruncir de ceño’ entre académicos en Filipinas tal como en países de habla hispana.
Algunos proponen que el castellano debiera ser el lenguaje de los ilustrados, y no de las masas, siguiendo aún los acontecimientos históricos decinoventistas.
Pero ahora vivimos en un siglo donde no hay ilustrados; la democracia y las masas son los ejes radicales de este siglo, y en vez de estacionarnos permanentemente en una torre de marfil, es exigente bajar a las masas y simplificar el lenguaje castellano para que sea ésto fácil a la gente no intelectual.
Lo que propongo es una fácil gramática basada en la gramática de los dialectos filipinos. Un gran problema del lenguaje español, como en cualquier idioma basado en latín y griego, es la complejidad de la estructura verbal.
Una fácil gramática para los verbos, por ejemplo, es la simplificación de las conjugaciones personales y temporales. Es decir, por ejemplo, en la gramática tagala o china, es raro utlizar conjugaciones temporales cuando ya existen adverbios temporales.
Entonces, para facilitar la gramática verbal, propongo este paralelismo en la grámatica tagala — aceptar cualquier conjugación, lo más sencillo siendo el infinitivo del verbo, más el adverbio temporal.
Un ejemplo de esta simplificación gramatical es aceptar frases como “Yo decir ayer que…” “yo decir hoy” “yo decir manana”, etc. O sea, se mantiene el verbo en el infinitivo pero el sentido de la frase cambia temporalmente por el uso de los adverbios temporales.
Los dialectos filipinos, particularmente el chabacano, tiene esta ‘fácil gramatica’ verbal la cual tiene sus paralelismos en los lenguajes orientales, en general.
Creo que es más importante poner los pronombres para identificar la persona en vez de, como en los idiomas latinos, las terminaciones verbales. Por ejemplo, en espanol sabemos que “como” es primera persona singular mientras “comeis” es segunda persona plural familiar. En chabacano, se mete el pronombre para identificar la persona pero el verbo se simplifica en el infinitivo o tercera persona singular. Es decir, “yo come”, “vos come” serían las equivalentes de “como” y “comeis” respectivamente.
Este es sólo un aspecto de una gramática flexible y fácil para el filipino que quiere aproximarse a la lengua castellana pero al mismo tiempo utlizando uno de sus dialectos, el chabacano, para llegar al lenguaje cervantino.
Espero que en el futuro las universidades filipinas pudieran ofrecer cursos de este tipo para mejor apreciar los dialectos filipinos en su relacion al español.