Entrevista con el padre Pablo Romo
Entrevista por Gina Marina Gustafson y Juan Guerra
Del día 18 de febrero, al 27 de este mismo mes, el padre dominico Pablo Romo, ex director y fundador del internacionalmente reconocido Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas de San Cristóbal de Las Casas, presentó una serie de conferencias para analizar desde el punto de vista de la Iglesia la situación de los derechos humanos en México y la situación que se vive en el estado de Chiapas.
El Padre Romo se presentó en varios foros, invitado por Developement and Peace, y habló sobre la delicada situación de los derechos humanos en México. Señaló que varios miembros de la Diócesis de San Cristóbal han sido amenazados y que se les han colocado varias bombas molotov en los últimos dos meses. También informó sobre un atentado que sufrió el Centro Fray Bartolomé de las Casas en el cual el abogado defensor de los indígenas fue herido por un disparo de arma de fuego.
Igualmente señaló su preocupación por la intolerancia y la falta de respeto a los derechos más fundamentales que sufren los indígenas más pobres y desprotegidos. Señaló que el promedio de vida en Chiapas apenas llega a los 40 años en la zona y urgió a la comunidad católica e hispana en Canadá, así como al público en general a levantar la voz de la hermandad entre los cristianos y la compasión por sus hermanos más desprotegidos en México.
Informó sobre la persecución que sufren los miembros de las organizaciones de Derechos Humanos en México y los miembros de la iglesia que tratan de aliviar la situación de los más pobres y citó los informes de varias organizaciones como Amnistía Internacional.
Habló de que el objetivo que buscan los indígenas en México, que son la base fundamental del movimiento zapatista, es mostrar que en el mundo todavía cabe una opción de la esperanza, donde se puedan recuperar los valores de misericordia, justicia y fraternidad que caracterizaron el mensaje de Jesucristo.
Explicó que durante siglos la Iglesia Católica ha sido refugio de los indígenas mexicanos y guatemaltecos en la zona y hoy no sólo los indígenas, sino los propios religiosos son víctimas de la persecución.
Finalmente señaló que es necesario el respeto a los derechos humanos en México y en Chiapas, la culminación de los acuerdos de paz que sectores recalcitrantes del gobierno mexicano se niegan a firmar y a construir una nueva realidad basada en la esperanza, la igualdad, la justicia, la ausencia de racismo y el amor a Dios y al prójimo.
GINA: ¿Cual es la edad de las personas que han asistido a sus conferencias en Canadá? ¿Le gustaría que hubiera más jóvenes, pues son los jóvenes los que tienen el impulso para el futuro?
PADRE ROMO: Esto depende del lugar y la situación y los contactos que se tienen. Hay de todo y en todas partes, hoy estuve en la mañana con cerca de 300 jóvenes en diferentes lugares, escuelas y también en centros parroquiales. Definitivamente los jóvenes son los más interesados, efectivamente, pero en ocasiones igualmente las personas mayores.
GINA: ¿Cual es la situación de las mujeres en México y en Chiapas?
PADRE ROMO: La situación de las mujeres es muy complicada, siempre ha habido explotación, ellas mismas reconocen esta situación como de triple explotación, primero por ser mujeres, segundo por ser pobres y tercero por ser indígenas. Entonces son triplemente explotadas.
El movimiento zapatista ha generado toda una nueva dinámica de reconocimiento de los derechos de la mujer y en ese sentido desde las profundidades de las comunidades, esto es muy importante porque significa una transformación de la cultura. Las culturas no se transforman de la noche a la mañana. México como todos los países es muy machista, pero la mujer ha transformado notablemente su vida. La mujer ha mejorado muchos aspectos de su vida, la situación de las mujeres va evolucionando y va cambiando. Evidentemente esto requiere toda una transformación de la cultura, que no es fácil, va tomando su tiempo, va evolucionando, va generando conflicto, esto requiere pero se va asimilando paulatinamente. Falta muchísimo por hacer en muchos niveles, es muy interesante ver, en la mesa de negociaciones, hombres, en la parte del Gobierno Federal; en la parte de los representantes de la Cámara de Diputados y Senadores, puros hombres y las mujeres como secretarias; en la CONAI hombres y mujeres, hay dos mujeres trabajando como miembros titulares de la CONAI; y en la delegación zapatista un porcentaje elevado de mujeres, es notable eso y es significativo.
GINA: ¿Qué nos puede decir con respecto a las acusaciones en contra de la iglesia y a la situación de los derechos humanos?
PADRE ROMO: Con respecto a las 16 bombas en 20 días en la Ciudad de San Cristóbal, las mayoría han sido contra miembros de las asociaciones no gubernamentales que trabajan para los derechos humanos o miembros de la Iglesia. Las amenazas son constantes y evidentemente esto responde a los intereses de quienes quieren mantener el conflicto vivo, quienes para ellos la guerra negocio y que ven perdido su negocio cuando se termine la guerra. En ese sentido es peligroso considerar así la guerra, como un negocio, y como un modus vivendi. Creo que el riesgo no lo corremos solamente nosotros sino principalmente la gente, los anónimos, los que no tienen rostro, los que no tienen nombre. La situación va evolucionando para peor, y esperamos que a través del apoyo internacional les pueda mejorar un poco más esto, respecto a los derechos de las personas.
GINA: ¿Qué nos puede decir sobre el genocidio de que son víctimas los pueblos indígenas desde hace siglos?
PADRE ROMO: Hay que hacer una diferenciación entre lo que es la diferencia entre genocidio y etnocidio. Ciertamente el etnocidio no es solamente asesinar la gente, sino acabar con las posibilidades de que existan como grupo étnico y en ese sentido va avanzando bastante con los proyectos de desarrollo que tiene el gobierno a través del proceso desculturización que está aplicando en la zona, con el bombardeo de propaganda. No solamente son acusaciones y ataques, sino que es la destrucción de lo más profundo de su identidad. En ese sentido va la guerra de baja intensidad caminando, veo que es algo altamente peligroso y que el señor Zedillo evidentemente no se da cuenta cuando dice “los falsos redentores” en su discurso de hace pocas semanas, hablando en contra de quienes proponen ayudar a que exista el respeto por los derechos de los pueblos indios. Es evidente que no entiende lo que significa una nación con una multiplicidad de culturas y pueblos a su alderredor.
GINA: ¿En Chiapas y en México se están planteando hoy nuevas ideas para crear una nueva cultura?
PADRE ROMO: Yo creo que hay cuestiones que estamos utilizando y recogiendo de la historia nuestra, no solamente de los acontecimientos de nuestro derredor, sino de lo más profundo, lo que llaman “el México profundo”. La combinación del despertar del mundo indígena con la crisis de lo que significa la modernidad en la cultura y en el pensamiento contemporáneo. Es evidente que hay una necesidad de transformar la política con contenidos éticos profundos en una relación más humana en donde se considere la economía por ejemplo como algo subordinado a los principios fundamentales de la humanidad y no como la modernidad los comprendió tanto en el capitalismo como en el marxismo leninismo más acendrado, en el sentido que la infraestructura de todo posible pensamiento, conocimiento y crecimiento de las personas es la economía. Creo que esto refleja la modernidad frente a la crisis que está viviendo, es importante retomar estos aspectos. Así la política se va desarrollando en otro nivel, tiene otra perspectiva, una perspectiva crítica frente el pasado de la distinción y más mutipolar no subordinada exclusivamente a los aspectos de las relaciones de poder sino interactuando como se llama ahora con otros ejes fundamentales de la vida humana como es la relación con la naturaleza, la relación con la cultura y con los medios de la comunicación.
GINA: ¿Qué están haciendo para ayudar a los jóvenes para tener una educación?
PADRE ROMO: Mira Gina, yo creo que es muy claro que en Chiapas los jóvenes no existen. Pasan de ser niños a ser adultos muy fácilmente. En civilizaciones de confort como aquí, existe la juventud con mayor tiempo de existencia en tiempo, en los pueblos chiapanecos los hombres pasan de ser niños a ser hombres o mujeres casadas con niños y con las responsabilidades de matrimonio, la juventud es un fenómeno de las sociedades ricas y mientras más juventud hay en tiempo más es la riqueza de las naciones, en la ciudad de México, la juventud es hasta los 25, 27 o 25, a los 25 años el mexicano que no está casado en la ciudad de México ya es medio raro, en el campo el que nos se casa a los 17 años ya es una persona quedada, entonces la juventud es expresión del confort.
Las personas están tratando de sobrevivir y tratando de vivir mejor y tienen ahora un horizonte de futuro mucho más claro, mucho más de perspectiva de dignidad, ven con los ojos hacia el frente y no hacia el suelo.
GINA: ¿Hay gente indígena incluyendo a las mujeres en el movimiento zapatista?
PADRE ROMO: En el movimiento zapatista en general, sí, por supuesto. En la dirigencia hay bastantes mujeres hasta donde hemos visto y en las bases parecen ser la mayor parte.
JUAN: ¿Cual sería su mensaje a las latinas y los latinos en BC?
PADRE ROMO: Yo creo que es fundamental para todos los que hablamos español como primera lengua mantener clara nuestra identidad, ciertamente, en un proceso de transformación y de evolución. Una cultura que se queda detenida en el tiempo es una cultura que se muere y que se debe meter en los museos. Tenemos que transformarnos, tenemos que cambiar, nuestra identidad también va a adquiriendo matices y rostros nuevos, va adquiriendo nuevas relaciones y capacidades. Yo creo que en este sentido es el reto para el futuro, el poder ser capaces de como muchos de los latinos que están aquí son capaces de adaptarse y transformar y no quedarse viviendo en el pasado y no idealizar su pasado. Es importante tener los retos hacia el futuro y no hacia el pasado. Lo digo yo como quien he vivido en el extranjero como latino fuera de mi país por varios años. Creo que es fundamental encontrar los retos hacia delante y no hacia atrás. Y en ese sentido es no negar nuestro pasado, asumirlo y transformarlo con acciones de solidaridad con los pueblos que sufren, con la consideración de la nueva situación en que uno vive. Creo que es fundamental el crear puentes y nuevas relaciones de justicia, fundamentalmente, con nuestro origen y presentar nuestra experiencia de vida con dignidad.
JUAN: ¿Se sigue desarrollando la teología de la liberación en México?
PADRE ROMO: Yo creo que se sigue desarrollando la liberación, se sigue desarrollando la teología. Yo creo que toda teología que se precie de ser teología, que hable de Dios, que dé razón de la esperanza, es liberadora. En ese sentido me parece que hemos congelado los términos para comprenderlos. Me parece bueno siempre tener la fotografía instantánea de un momento dado de la historia, pero creo que es necesario no quedarnos en eso, insistiría. Los conceptos también van transformándose y en este sentido la teología de la liberación va adquiriendo, como usted la está entendiendo, una vigencia fundamental y extraordinaria en nuestro contexto más global. Pero es importante tomarla muy en cuenta, y entender que lo más importante es eso, no la teología. Esto se prestaría a un debate en otra parte y momento, aquí lo que pretenderíamos es hablar de Dios y del Dios que vive en la gente, del Dios que transforma la realidad del pecado en una realidad de gracia, de permanente esperanza y de profunda comprensión en la caridad. Yo creo que esto sería fundamental hoy subrayar.
JUAN: Cuáles son los más serios problemas que tienen los teólogos de la liberación?
PADRE ROMO: No me considero teólogo de la liberación. Estaríamos hablando de 1979, de hace 18 años. Insistiría, nuestro problema no es lo que sucedió en Puebla o en Medellín, que son problemas muy importantes, nuestro problema es que la gente en Chiapas no tiene que comer, no tiene posibilidades de trabajar, no tiene medicinas en los hospitales (cuando los hay), no hay escuelas, no hay maestras que lleguen a enseñar, no hay posibilidades de transformar un país que vive en una dictadura desde hace muchos años en un país democrático. Yo creo que son los problemas de la gente, son los problemas que hay que responder hoy con mayor urgencia, y con la mayor inteligencia. Y con la presencia profunda y el respeto profundo del Dios que va creando una nueva historia. Y no como unos dicen que la historia se acabó.
GINA: ¿En qué podrá participar la comunidad latina en Canadá para la resolución de este problema?
PADRE ROMO: Hay muchas cuestiones que se pueden hacer muy concretas como empezar a trabajar para desarrollar puentes de comunicación más eficientes: informarse bien, saber conocer y reconocer a los actores es muy importante para no equivocarse cuando uno está leyendo lo que esté leyendo. Tratar de buscar de primera mano las fuentes de información. Claro, siempre leer editoriales para formarse opiniones y ser muy críticos ante las diversas posturas para formarnos un espíritu mucho más agudo. Y una vez hecho esto bueno, empezar a reaccionar: la gente se muere de hambre, se muere en las cárceles o está prisionera y necesita su libertad, necesita comer, necesita medicinas, desde aquí pueden escribir cartas, se pueden hacer acciones urgentes, preguntando a las autoridades qué pasa con la justicia en México, por qué están en la cárcel tales o cuales personas.
JUAN: ¿Cómo apoyar estas acciones urgentes?
PADRE ROMO: A través de Desarrollo y Paz, Developement and Peace, pueden comunicarse para solicitar información, para que sepan y estén enterados de una fuente directa. No la considero aquí la única pero podemos empezar por esta. Otra es que podemos consumir lo que nuestros países producen, pero que producen justamente, no cualquier cosa, indiscriminadamente. Hay que conocer los productos que se están elaborando en México, quién los está produciendo y cómo se está pagando a los que están produciendo tales productos, para no explotar a la gente, no participar en hacer la cadenas contra nuestros propios países con productos que se elaboran allá en condiciones injustas. Yo vi un anuncio en el periódico “Nuestra América” de Vancouver que decía: “Consume lo que nuestros países producen”. Sí, pero no así nadamás. Claro que es el principio fundamental: pero no basta, porque se producen Volkswagen en México y se producen Fords también. No basta, hay que saber que se les pague justamente a los empleados, que sean cooperativas. Bueno, uno como miembro de la comunidad puede estar atento a las informaciones, reaccionar, etcétera.