Miguel Ángel Ramírez Jardines: la palabra como río y destino
Por los cauces de la palabra fluyen los grandes ríos de la memoria, del arte y del pensamiento. Miguel Ángel Ramírez Jardines ha trazado su destino en esas aguas profundas, transitando entre la literatura, la academia, el periodismo y la gestión cultural. Su labor, que ha oscilado entre la docencia normalista y universitaria, la dirección de revistas especializadas, la investigación educativa y su incursión en el activismo social y político, encuentra en la escritura su vértice más hondo.
Ramírez Jardines no solo es un escritor que explora las pulsiones de la existencia humana a través de la poesía y la narrativa, sino también un intelectual comprometido con la expansión de la cultura en espacios antes relegados. Su papel como director del Museo de Arte de Mazatlán lo acercó aún más a la comunidad artística, consolidando su vínculo con la creación literaria. En su obra se percibe la impronta de quien ha transitado por múltiples senderos del conocimiento, sin perder de vista la esencia del arte como un acto de resistencia y diálogo.
Un escritor en el cruce de caminos
Originario de México, Ramírez Jardines se ha formado en distintos ámbitos académicos y culturales. Su trayectoria en el ámbito educativo lo llevó a desarrollar un pensamiento crítico y una sensibilidad particular hacia la enseñanza y la escritura. Su formación normalista y su participación en proyectos universitarios, como su labor en el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad, han sido pilares en su visión del mundo y su producción intelectual.
Desde hace años, su voz ha encontrado eco en diversos medios de comunicación, donde ha publicado artículos y ensayos que abordan temas de educación, cultura y sociedad. A la par, su incursión en el activismo y la gestión cultural le han permitido extender su influencia en la promoción del arte y la literatura en espacios públicos, defendiendo la idea de que la cultura debe llegar a todos los rincones de la sociedad.
El arte como cauce: poesía y narrativa
La obra de Miguel Ángel Ramírez Jardines se ha diseminado en revistas, periódicos y antologías, dejando testimonio de su capacidad para explorar los matices de la condición humana. Su narrativa ha encontrado reconocimiento en cuentos como Nocturno sin Rosario, publicado en Cuentos desde la Orilla (ed. ISIC), donde la memoria y la identidad se entrelazan en un juego de luces y sombras.
Sin embargo, es en la poesía donde su voz adquiere un carácter más íntimo y visceral. Su poemario Ríos de piel: La profunda superficie es un testimonio de la fusión entre el cuerpo y la naturaleza, entre el deseo y la palabra. En esta obra, el agua y la piel se vuelven metáforas de un universo donde el amor, el erotismo y la melancolía se despliegan en imágenes sensoriales de gran potencia. Su poesía, como un río, transita entre lo tangible y lo simbólico, entre lo carnal y lo espiritual, explorando el tránsito de la existencia con una sensibilidad que remite a los poetas del modernismo y la vanguardia mexicana.
La música: un arte en constante resonancia
Además de su pasión por la poesía, Miguel Ángel Ramírez Jardines ha cultivado una sólida carrera musical que ha sido parte fundamental de su vida. Su formación musical se extiende más allá de la teoría, ya que ha trabajado como compositor y ejecutante, y ha desarrollado una profunda comprensión del vínculo entre la palabra y la música. La música no solo ha sido un acompañante de su poesía, sino un modo de expresión y un vehículo de transmisión cultural. A lo largo de su carrera, ha explorado diversas formas musicales, desde la música clásica hasta las sonoridades más contemporáneas, consolidándose como una figura que sabe cómo integrar el sonido en su proceso creativo. Esta sinergia entre los versos y las notas se refleja en sus composiciones, donde el ritmo y la armonía son tan esenciales como el significado de las palabras.
Su labor como músico también se extiende a su faceta de educador musical, enseñando a nuevas generaciones sobre la importancia de este arte en la vida humana. Ha sido un defensor de la enseñanza musical en las aulas, buscando siempre transmitir el valor de la música como medio de conocimiento, creatividad y transformación.
Carrera académica: un compromiso con el pensamiento crítico
En el ámbito académico, Miguel Ángel Ramírez Jardines ha sido un firme defensor de la interdisciplinariedad, alentando a sus estudiantes a explorar la intersección entre las humanidades, la ciencia, y la cultura. Su carrera académica comenzó en el ámbito de la literatura, pero a lo largo de los años ha ampliado su campo de estudio para incluir la filosofía, las ciencias sociales y la historia. Ha trabajado como docente en diversas universidades, donde ha formado a futuros intelectuales y creadores. Su enfoque se caracteriza por un pensamiento crítico, que desafía las convenciones y busca siempre nuevas formas de comprender el mundo. A lo largo de los años, ha formado parte de proyectos académicos y de investigación en el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad. En su trayectoria académica, ha destacado como un pensador comprometido con la transformación social y cultural a través del conocimiento y el debate.
Compromiso con las comunidades cristianas de base
Una faceta menos conocida pero igualmente significativa de Ramírez Jardines es su involucramiento con las comunidades cristianas de base, donde ha trabajado activamente en la promoción de la justicia social y la equidad. A través de su labor en estos contextos, ha aprendido a escuchar las voces de aquellos que no siempre son escuchados en la sociedad, y ha llevado este aprendizaje a sus escritos y su enseñanza. Su trabajo con las comunidades cristianas de base está impregnado de un profundo sentido de solidaridad y compromiso con los más desfavorecidos. Este vínculo con las comunidades ha sido clave en su obra, tanto literaria como social, dándole una perspectiva humana y profunda sobre la realidad social que atraviesa cada uno de sus proyectos.
La gestión cultural y la transformación del espacio
Su nombramiento como director del Museo de Arte de Mazatlán marcó una etapa clave en su trayectoria. Más allá de administrar un recinto, asumió el reto de descentralizar la cultura y llevarla a las colonias populares y municipios apartados, generando espacios de diálogo y creación artística fuera de los circuitos tradicionales. Su propuesta de recuperar espacios para la cultura y abrir el museo a nuevas voces y proyectos es una muestra de su convicción de que el arte es un derecho y no un privilegio.
Dentro de esta labor, también ha impulsado festivales literarios, congresos de cronistas y encuentros de poesía que buscan revitalizar la escena cultural de su entorno. Su trabajo ha sido reconocido por artistas y colectivos que han encontrado en él un interlocutor dispuesto a escuchar y a construir puentes entre la institucionalidad y la expresión artística independiente.
Un legado en construcción
Miguel Ángel Ramírez Jardines continúa expandiendo su obra y su influencia en el ámbito cultural. Como escritor, su literatura sigue explorando los laberintos de la memoria y el deseo. Como gestor y promotor cultural, su esfuerzo por acercar el arte a la comunidad es una apuesta por una sociedad más consciente de su propio valor simbólico.
Su legado se inscribe en la tradición de aquellos que entienden la cultura no como un lujo, sino como una necesidad vital. En sus palabras y en su acción resuena la certeza de que la escritura y el arte no solo son formas de expresión, sino actos de resistencia y afirmación de lo humano.
El libro se presentará este 29 de marzo del 2025, a las 5 PM, en la librería “Rosario Castellanos” del Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México.

