¿Alguna vez has sentido que una canción te lleva a otro tiempo y lugar? Te invitamos a sumergirte en “Tlahuac”, una joya musical interpretada con magia por Natalia Castañeda y creada por José Tlatelpas y F. Fernando Ruiz-Torres, quienes nos transporta al corazón del legendario pueblo de Tlahuac Ticic, una comunidad nahua en Ciudad de México cargada de historia, misterio y sabiduría ancestral. Esta interpretación no solo es música; es un puente hacia las leyendas vivas de un pueblo milenario. Don Perfecto Ramírez Ruiz y Eulalio Ibáñez “Tlalito”, aportaron las leyendas mencionadas que evocan secretos y ecos de un pasado vibrante y casi olvidado. Déjate llevar por este viaje sonoro y descubre el legado profundo de un pueblo que sigue resonando a través de los siglos. Musicalización y acompañamiento de F. Fernando Ruiz-Torres.
“Tláhuac”: Una Canción que Resucita el Espíritu Ancestral y la Belleza de un Pueblo
La canción “Tláhuac” es una joya poética y musical que honra las raíces de uno de los pueblos más antiguos y culturalmente ricos de la Ciudad de México. Originalmente creada como poema por el maestro José Tlatelpas y musicalizada por F. Fernando Ruiz Torres, esta obra no solo homenajea al pueblo de Tláhuac, sino que rescata sus mitos, leyendas y las voces de sus antepasados. Interpretada con una profunda sensibilidad por Natalia Castañeda, la canción se presenta como un tributo a la identidad de un pueblo que sigue resistiendo el paso del tiempo y la modernidad.
Una Evocación Íntima y Romántica de Tláhuac
La voz de Natalia Castañeda, cálida y evocativa, es esencial para capturar el espíritu de la canción. Su interpretación no es simplemente una ejecución técnica; es una conexión con la esencia de Tláhuac, un acercamiento a la belleza y al romanticismo que esta tradición encierra. En cada nota y cada palabra, Castañeda logra transmitir el carácter del pueblo, sus valores y sus leyendas, permitiendo que el oyente viaje a un lugar donde aún resuenan las voces de sus dioses y de sus habitantes. Con el acompañamiento elegante y sobrio de la guitarra de Ruiz Torres, quien adaptó un nuevo arreglo para esta versión, la canción alcanza una resonancia que va más allá de lo musical y se convierte en una experiencia sensorial y emocional.
Una Síntesis de Identidad en Pocas Estrofas
A través de un texto breve, pero cuidadosamente estructurado, el poema de Tlatelpas logra incorporar muchos de los elementos que definen la identidad de Tláhuac: desde los nombres casi olvidados de sus cuatro barrios principales —Tecpan, Atenchicalcan, Teopancalcan y Tizic— hasta la leyenda de la diosa Tezihuatl y el Cerro Xitle, y la tradición de las celotadas, una celebración en honor al maíz joven. Estos símbolos son parte de un tejido cultural que rememora tanto el pasado prehispánico como la historia de resistencia del pueblo, incluyendo su participación en el movimiento zapatista.
La canción también rinde homenaje a la belleza y modestia de sus mujeres, al valor discreto de sus hombres, y a la sabiduría de sus ancestros, todo en un tono evocador que nos acerca a un Tláhuac que aún conserva su conexión con la tierra, las chinampas y las aguas del sur de la Ciudad de México.
La Grabación: Un Proyecto Comunitario y de Rescate Cultural
Esta grabación fue un verdadero acto de amor por la cultura y la historia de Tláhuac. A pesar de contar con un presupuesto limitado, el proyecto se llevó a cabo en los estudios de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, gracias al apoyo del antropólogo Juan Camaney. Las dificultades técnicas y la falta de recursos no impidieron que la producción alcanzara una calidad conmovedora; los micrófonos del estudio, manejados por el ingeniero de audio Oscar René González, fueron fundamentales para capturar la interpretación con nitidez y profundidad.
Pero el esfuerzo va más allá del audio. Las cantantes Natalia Castañeda y Bárbara Oaxaca aportaron no solo su talento, sino también su compromiso personal al financiar los atuendos tradicionales que lucieron en el video y documental que acompañan la canción. Basadas en registros históricos y la asesoría de personajes locales, las artistas incorporaron peinados y vestimentas inspiradas en la tradición de Tláhuac, como los “cuernitos” y las faldas sencillas que reflejan la estética de la región. Esta contribución gratuita de las intérpretes no solo demuestra su aprecio por la cultura, sino también su deseo de preservar y dignificar el legado del pueblo.
Una Canción que Merece Ser Escuchada, Compartida y Celebrada
“Tláhuac” no es solo una canción; es una ventana a un mundo que aún vive en la memoria de sus habitantes y en la naturaleza que los rodea. Es un recordatorio de que en cada rincón de la Ciudad de México existen historias, mitos y valores que merecen ser rescatados y compartidos. Esta canción representa una de esas historias: una obra que, en su brevedad, sintetiza el alma de un pueblo y nos invita a conocer, escuchar y valorar un legado que sigue latente.
Compartir “Tláhuac” es rendir homenaje a un México donde las tradiciones y la historia se entrelazan en cada celebración, en cada canto y en cada leyenda. A través de esta pieza, revivimos el espíritu de un pueblo resistente y orgulloso, asegurando que su historia y su cultura sigan resonando en futuras generaciones.
Esta es una canción de los dos álbumes grabados con motivo del aniversario Tlahuac 800 años. Como parte de nuestra contribución también se grabó un documental y se elaboró un libro. Se contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y su director Diego Prieto Hernández, así como de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
