¿Qué es la novela?
Mario Ramirez Centeno
Es un espacio narrativo secuencial o no secuencial pero que puede utilizarse como caja de resonancia de una cultura o de muchas culturas en contraste, contradicción o paralelismo, que puede darle a los escritores de literatura, la libertad expresiva que busca (como en el caso de la novela abierta o la novela de experimentación), o la disciplina narrativa dentro de algún tipo de novela (como la novela negra o la novela de ciencia ficción), pero que finalmente debe ser resultado expresivo de esas mismas culturas o cultura origen de la novela. Tomando como base la contradicción o el conflicto dentro de la misma para hacerla más atractiva, en un proceso de tesis-antítesis-síntesis, con contradicciones menores que se resuelven en síntesis-desenlace que debe culminar siempre en un término que conmueva al lector. De ahí nace una “teoría dialéctica de la narrativa”, que le ofrece al lector resultados atractivos y una novelística apasionante.
En ese mismo sentido el carácter dialéctico de la novela le da un sentido de interés si además se adereza con novedades salidas de la superación de los contrarios a través de pensamientos paradójicos, de personajes retorcidos que mezclan dentro de sí contradicciones, de ideas inusitadas unidas entre sí por la fusión de la magia latinoamericana o de la genialidad universal del pensamiento novedoso.
Pero no hay que caer en la trampa de la correlación narrativa que trata de simular el transcurrir del tiempo realístico, pues los distintos tiempos-espacios de la novela te permiten jugar al laberinto dentro del discurrir de la novela o ser tan hiperrealista que desdibujes la realidad en un transcurrir en cámara lenta como si de aceite se tratara, como en el realismo sucio norteamericano, o a través del narrar al hombre subsumido en el ambiente desértico del mágico centro de México como en Pedro Páramo de Juan Rulfo, donde la narración de un pasado muerto se la deja el autor a los difuntos hasta la mitad de la novela.
El novelista es el creador de un mundo que se enhebra a partir de ciertos personajes o a partir de compenetrarse de un mismo espacio social o un mismo espacio físico que los confronta o los repele, los acerca o los aleja, pero que a todo mundo le da juego y acción hasta convertir a los personajes secundarios en narradores de las hazañas de los personajes principales, siempre descritos por los juicios sumarios, por las mentiras o los rumores de estos personajes secundarios que al hablar logran trascenderse y llegar a la estatura no del personaje principal sino
del mismo autor, empequeñecido por su propio silencio aparente dentro de la novela.
Por lo tanto no es el discurrir del tiempo en un eterno presente sin futuro donde se encuentra la posteridad de la novela mundial sino en el diálogo de las culturas, en buscar los sueños compartidos para lograr la unidad de la humanidad en aras de un mundo mejor. Dentro de todas aquellas contradicciones que finalmente son el motor de la historia y de los pueblos. Ha nacido la novela global, la que puede tocar la interrelación mundial que el proceso de globalización, que no del neoliberalismo, enfrenta la humanidad a la que ya se le han desdibujado las fronteras con la Red Internet, los medios de divulgación, los transportes que ya no sólo transportan alimentos o bienes sino también seres humanos en migración.
La novela global actual toca temas donde las fronteras de todo tipo se diluyen, donde los personajes son híbridos de muchas razas, monstruos internacionales -como los narcos que siembran en un país, procesan en otro y terminan vendiendo droga en un tercer país consumidor- o la humanidad en masa que sufre pandemias apocalípticas diseminadas por los turistas, los migrantes, las aves o los reptiles viajeros.
Estamos en un mundo interrelacionado en un proceso de cambio que puede llevar a cimbrar los cimientos mismos de la historia y eso lo tiene que reflejar la nueva novela, pues el escritor no es otro más que el artista conmocionado por la realidad que se le presenta y la novela no el reflejo condicionado y vulgar de la realidad sino parte de esa misma realidad en la que ha de jugar un papel que el uso social de la novela va a determinar en función de lo que le aporte culturalmente hablando a la humanidad.