MARGO GLANTZ VS XORGE DEL CAMPO

MARGO GLANTZ VS XORGE DEL CAMPO

Por Gonzalo Martré

(Esta es una versión más antigua y distinta de Requiem por Xorge del Campo, publicada en este mismo número)

Como todo el mundo sabe en la “República de las Letrinas”, el editor Fernando Valdéz acaba de salir de una temporada ingrata en el frescobote a donde cayó por ciertos manejos turbios del derecho de autor que no vienen al caso porque atañe a libros de texto. Tales vacaciones forzadas retrasaron la publicación de algunos libros de su editorial, entre ellos Una inquietud de amanecer: literatura y política en México, 1962-1987 de la investigadora doctora Patricia Cabrera, el cual está ya en circulación. Este es un excelente tratado sobre literatura y política que abarca un periodo de 25 años, de 1962 a 1987 en Mejicalpan de las Tunas.

Toca la doctora Cabrera un buen número de incidentes de la vida literaria, ella los presenta de modo muy académico y hasta doctoral, pero resulta que ciertos incidentes ( y accidentes) son materia prima para esta sección, por ejemplo, el sonado caso Margo Glantz vs Xorge del Campo. La doctora Cabrera presenta el caso ataviado con su vestido más limpio. Vamos a transcribir fielmente una síntesis de él para después mancharlo con el lodo que tanto gusta a la Rana Roja. Helo aquí:

El proyecto editorial de “narrativa joven” de Xorge del Campo, comenzó a gestarse antes del movimiento estudiantil de 1968. Requirió una preparación ardua, pues el editor aplicó a los escritores en ciernes un cuestionario sobre sus motivaciones y objetivos: de modo que el volumen resultante, Narrativa joven de México, aparecido en 1969, se integró con un cuento de cada autor, precedido por las respuestas. El antecedente del proyecto había sido la convergencia en Mester del ideador del proyecto, Del Campo, con Avilés Fabila, Cross, José Agustín, Páramo, De la Torre y Tovar.

En consecuencia todos ellos publicaron cuentos en el libro Narrativa joven…, al lado de nombres escasamente conocidos (Eugenio Chávez, Farill Guzmán, Eduardo Naval y Juan Ortuño Mora). Esta disparidad habría sido la razón para que Jorge Aguilar Mora y Sáinz se negaran a participar en el libro (Sáinz,1991: 633-634).

A juzgar por las declaraciones de Del Campo el propósito fundamental del libro fue “relevar cierta parte de nuestra cultura joven, rescatar algunos valores, descubrir nuevos talentos […]

Que se manifestaran los espíritus más lúcidos e insomnes, más inconformistas y rebeldes”; además, abrir el camino editorial a la juventud e inaugurar en masa “la iniciación de una nueva época literaria en nuestro país” (“Rev. S” , 9-XI-1969: 10), pero sin que los escritores renunciaran a “poseer una ideología bien acendrada y manifiesta en su arte” (“Rev. MC”, 23-XI-1969: 2),. Asimismo Del Campo admitió haber aprovechado la coyuntura de la fama de José Agustín, Sáinz y Tovar, así como la tónica de Editorial Diógenes, para impulsar a otros narradores jóvenes desconocidos y presentar “una topografía de nuestra cultura joven” que incluyera valores y nuevos talentos (Hoy, 25-XII-1971: 45-46). Esperaba, pues, que la conjunción de autores que ya habían alcanzado reconocimiento con escritores desconocidos contribuyera a la legitimación de los segundos.

Las respuestas al cuestionario incluidas en el libro fueron muy dispares. Sin embargo, fue José Agustín quien mostró mayor claridad en su proyecto.

Con motivo de que algunos de los críticos manifestaron juicios negativos sobre el libro, Avilés Fabila, Del Campo, José Agustín y De la Torre, entre otros, respondieron públicamente. Los críticos reprocharon a Narrativa joven… la calidad dispar de los textos, la omisión de algunos escritores nuevos y la inclusión de quienes ya se tenían por “maduros” (en la literatura, claro está); y además, ser un “libro bochornoso y lleno de pornografía”. En respuesta del Campo condenó la hipocresía de quienes eran ciegos ante la pornografía en los medios masivos de comunicación y defendió la libertad de expresión ( “Rev.S.” 9-XI-1969:10).

(En la selección de los cuentos hecha por Del Campo no destacan los contenidos políticos, sino los eróticos, que para la época resultaban escandalosos.)

Ahora bien, el prólogo del libro, cuya autora fue Margo Glantz constituyó una pieza de crítica literaria que influiría en la percepción de los lectores. Las razones emanan de los mecanismos de legitimización literaria que forman el habitus del campo literario mexicano. Según José Agustín (1996:96) Glantz “se lanzó al abordaje” del proyecto de Del Campo para escribir el prólogo. Sin embargo, es creíble que al ser publicado el libro por una institución editorial, Siglo XXI, a ésta le hubiera convenido sustentar en una opinión autorizada la decisión de difundir textos que podrían provocar la recepción adversa por parte de posiciones tradicionalistas. Glantz resultó idónea para el prólogo por ser académica universitaria y directora de Punto de Partida.

En el ensayo de Glantz, fechado en noviembre de 1968, se percibe en general una suerte de decepción de esa novísima literatura; decepción proporcional a las ideas preconcebidas en que se sustentan sus juicios. En tal tenor su punto de arranque es considerar la producción incluida en Narrativa joven… como resultado de la lucha generacional recurrente a lo largo de l historia, y expresión del “rechazo anclado en la destrucción del lenguaje” de la ruptura concebida como parricidio y del deseo de desintegrar “todos los moldes morales temáticos” (Glantz, en Campo, 1969:5).

Con los párrafos anteriores copiados fielmente del ensayo de Patricia Cabrera, es suficiente para darse cuenta de que Xorge del Campo, ensayista en ciernes que en aquel entonces tenía 23 años de edad y se hallaba concluyendo la carrera de Letras Españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, dio cima a un proyecto excelente, pero como acertadamente apuntó José Agustín, Margo Glantz se lanzó al abordaje y se pirateó cínicamente el libro de Xorge cambiándole el título y modificando su propio prólogo. El resultado fue Onda y escritura en México: jóvenes de 20 a 33, aparecido en 1971. Y con este libro se hizo famosa pues con el mote de “escritores de la onda” encasilló a varios de los jóvenes escritores más destacados de la época.

Pertinente resulta recordar esta historia maldita porque en estos meses la Glantz ha venido recibiendo homenajes de toda laya con motivo de haber cumplido cerca de medio siglo como profesora de la UNAM. ¡Y jamás menciona al indefenso escritor despojado Xorge del Campo!… cual debe de ser.

Xorge del Campo, leyendo realidades glamorosas, foto de Jorge Vargas