La Verdolaga, La Hierbabuena y La Lechuga
Poema por Juan Cervera Sanchís
XIX
LA VERDOLAGA
La verdolaga, ¡ay!, la verdolaga
me reverdece el corazón de vida,
y late verdolaga trascendida
mi corazón de verde verdolaga.
La verdolaga verde verdolaga;
la verdolaga hierba en sed de vida,
que verdea lo verde, trascendida
de verdes ilusiones verdolaga.
Desde la viva tierra de la huerta
y el hortelano amante que la cuida,
la verdolaga es hierba enamorada.
Hierba de amor que el agua de la huerta,
con diáfano amor amante cuida
regándola de vida enamorada.
XX
LA HIERBABUENA
Su aroma me acaricia y embelesa,
hablo de la amorosa hierbabuena,
cuyo vapor mi espíritu serena
y la euritmia en mi sangre deja impresa.
La hierbabuena, donde el sol procesa
indudables bondades y oxigena
la vida vegetal a vida plena
y en plenitud de amor y vida expresa.
Que es expresión de vida hecha poesía
la humilde hierbabuena, siempre bella,
bella ella siempre y siempre generosa.
Que es ella tierra y agua en armonía
y menta es ella con sabor a estrella,
la hierbabuena, bella y virtuosa.
XXI
LA LECHUGA
La lechuga en el plato verdecía
verde de frescos verdes hortelanos.
Verdecía la lechuga sus tempranos
verdes de substanciosa hortelanía.
Le rendía la lechuga pleitesía,
con humildes fervores franciscanos,
al agua de la noria y sus lozanos
cangilones cargados de poesía.
Vinagre, sal y aceite, en ensalada
comunión de frescura, acariciante
del labio, de la lengua y la saliva.
La lechuga en el plato, enamorada,
y con sabor a huerta enamorante,
maravillosamente hambrienta y viva.