POEMAS DE MARIANELA PUEBLA
Marianela Puebla, poeta chilena, nació en Valparaíso, Chile.
-1963-64 publica ALGUNOS poemas en la revista dominical del periódico La Unión de Valparaíso.
-1981 primer premio, género poesía, auspiciado por la comunidad hispánica en Canadá. Titulo del poema Por Venta. Publicado en España por la revista Araucaria.
-1993 Antología Zarpe de Poetas Porteños de la editorial del Ateneo de Valparaíso. Los poemas son Retorno y Recuerdos de Quintero.
-1995 Poema A White Room incluido en la antología Sparkles in The Sand, de la National Poetry Library, de USA.
-1996 Siempre en mí, poemario de 79 poemas de amor, editado por la editorial Ateneo de Valparaíso.
-Libros inéditos: Compromiso, poemario de un recuento de los sucesos en Chile desde 1973 a estos días: Tesoros poemas y cuentos para niños y Por los Tiempos, poemario de amor.
OBSESIONADA CONTIGO.
Soy como el mar
que te asedia desde lejos,
siguiendo tus pasos por cada
cintura de todos los cerros.
Me miras y te sumerges
en mi abismo cual un barco
a la deriva, a mi entera merced.
Te dejas acariciar
y te consumo poco a poco.
No te dejo, te agoto,
te sigo noche y día.
Tengo una obsesión y cuando no estás conmigo, mi tormenta
se deja caer precipitada y loca.
Caen mis dedos de agua por
toda la ciudad, como una lengua
voraz voy devorando tus pisadas,
la huella de tus pasos,
y te sigo más allá,
tempestuosamente, furiosamente,
te busco, te encuentro, te escondes
y estimulas mi apetito con más ansiedad.
No temes y sales a mi encuentro,
abres tu pecho al viento
para que lama la fiebre de mi asedio.
Te envuelvo en mis brazos como remolino
de algas y viento
y te llevo conmigo
hasta la profundidad de mi ser,
hasta el centro de mi locura
y ya eres mío, mío, como nunca lo has sido.
Te consumo en el torbellino de mi amor
y al llegar la madrugada
te quedas dormido, dormido
sobre la arena tibia de mi vientre…
VIAJERA
Mujer emigrante
viajera de sueños,
mochilita al hombro
cruzando fronteras.
En tus ojos llevas
un mundo de estrellas,
dulces esperanzas
inocente viajera.
¡Ay mujer provinciana!
¿En qué calles quedaste?
Tu inocencia violada,
sin lágrimas, sin nada.
¿Por qué calles deambulan
tus sueños y anhelos?
La ilusión que traías
apagada en tu carne.
¡Ay mujer inmigrante!
Abandonaste tu pueblo,
por el país más grande,
y en sus calles quedaste
sin alma y sin consuelo.
Eres la lágrima olvidada
entre las ruinas del avance.
PADRE DE LATINOAMERICA
Si hay un nombre que con respeto
mis labios pronuncien, es padre.
padre latinoamericano,
hombre olvidado en los pasos de
la historia.
Aquel que labró la América con sus
manos de hombre bravo.
Padre de las selvas, arrinconado
por el avance de la industria.
Padre de las montañas, del altiplano,
de los llanos y de los valles,
luchando por el pan de cada día.
Padre latinoamericano, para ti no hay descanso,
Hombre de un futuro casi vedado, explotado y
envejecido por la máquina del capital.
Padre, de manos callosas, trabajadas
de Sol a Sol.
Traes en tus ojos tristes los surcos
de tus antepasados, apagados por el
pie del poderoso que por siglos
ha saqueado las venas de tus ríos.
Padre que mueres joven con tanto
peso sobre tus hombros rudos.
Padre torturado, escondido
en cárceles inhóspitas,
viejo luchador de tus derechos.
Padre del silencio, de hijos
morenos y trigueños,
tú mereces que este sea tu día,
el día del reconocimiento
de tu raza latinoamericana.
Porque tú, hombre sencillo,
eres padre, por sobre todas las cosas.